Hace 50 años MARTA ROJAS "La influencia vietnamita profundizó mis sentimientos de amor hacia todos los pueblos del mundo", expresó Melba Hernández refiriéndose a su primera visita a Hanoi, donde conoció a Ho Chi Minh. Ocurrió poco antes de fundarse el Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam del Sur, que presidió desde su creación a iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro. El propio Fidel le dio la tarea de organizar lo que muy pronto sería un movimiento de masas en el campo de la solidaridad, que rebasó todas las expectativas nacional e internacionalmente, en favor de la lucha por la liberación de Vietnam del Sur, bajo la dirección del Frente Nacional de Liberación (FNL), y con el apoyo irrestricto de la República Democrática de Vietnam, país socialista, fundado por Ho Chi Minh, artífice de la victoria sobre el colonialismo francés, junto a otros compatriotas revolucionarios, bajo la bandera del Partido Comunista que él fundó. La fecha de fundación fue el 25 de septiembre de 1963, hace ahora 50 años. El hecho de que lo dirigiera una mujer de historia revolucionaria tan significativa, fundadora y combatiente, —junto a Haydée Santamaría—, de lo que hoy se conoce como el Movimiento de la Generación del Centenario, que organizó y llevó a cabo los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, era un gran aval para dirigir el primer Comité de Solidaridad con Vietnam del Sur que se fundó en el mundo. El pueblo de Cuba sabía poco de Vietnam. El primer y quizás único antecedente que los cubanos teníamos era la referencia que hizo José Martí sobre ese pueblo singular y valiente en su relato Un paseo por la tierra de los anamitas (Reino de Anam), que aparece en su obra La Edad de Oro, dedicada a los niños. O las referencias periodísticas a la Batalla de Dien Bien Phu, que selló la victoria contra el colonialismo francés en Indochina, luego de la II Guerra Mundial. En 1963 se había iniciado la lucha del FNL, en la provincia sureña de Bentré. Vietnam estaba partido en dos por el Paralelo 17, con el Sur ocupado arteramente por Estados Unidos, con un ejército títere a su imagen y semejanza.
En esas condiciones de precaria y distorsionada información, el Comité de Solidaridad con Vietnam, ubicado geográficamente en una de las antípodas, se convirtió en voz de combate ideológico y solidaridad irrestricta con los revolucionarios vietnamitas del Norte socialista y del Sur ocupado. El Comité fue formado con el apoyo del Movimiento Cubano por la Paz, que dirigían el intelectual comunista doctor Juan Marinello y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, presidido entonces por Giraldo Mamola. Sabiamente, con un sentido aglutinador, Melba Hernández estableció las bases sobre las cuales creció el edificio solidario. Integró al Comité de Solidaridad a prestigiosos juristas, en tanto lo que ocurría en Vietnam había partido del incumplimiento de los Acuerdos de Ginebra, luego del cese del colonialismo. Más que incumplimiento fue una burla, y la batalla legal en el plano internacional, tenía que ser fuerte y profunda. Entre las más destacadas personalidades de este campo que ella integró al Comité estaban los juristas doctores Fernando Álvarez Tabío y Miguel A. D’Stefano, a los que sumó pronto otros abogados y de hecho estaba incluida la propia Melba, doctora en Derecho y gran oradora. Desde el punto de vista movilizador, Melba compuso la mesa fundadora del Comité con representantes de todas las organizaciones de masas, encabezadas por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Fueron convocados, además, los CDR, la FMC, cuya colaboración, monitoreada por la propia Vilma Espín, fue decisiva en la movilización de las mujeres en la base, algo de extraordinaria importancia. También la ANAP, asociaciones profesionales como los antiguos Colegio Médico y Colegio de Abogados, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la UJC y un representante del Partido en la provincia de La Habana formaban parte de esa Dirección del Comité, que tuvo como primer orador en el acto público inicial, en el teatro de la CTC, al Comandante Ernesto Guevara, entonces Ministro de Industrias. Los ministerios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Interior también tenían su representante, así como los dos periódicos nacionales: Revolución y Hoy (luego Granma, mediante la fusión de ambos) y el ICAIC, que tuvo como protagonista y difusor entusiasta a Santiago Álvarez con el Noticiero ICAIC. También fue Cuba, a instancias de Fidel como Primer Ministro, uno de los primeros países del mundo que recibió, con rango diplomático, a una misión del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur. Ya se había establecido la embajada de la República Democrática de Vietnam. En centrales azucareros, tabaquerías, fábricas de todo tipo, escuelas, universidades e instituciones culturales tuvo presencia el Comité. Numerosos intelectuales y artistas fueron colaboradores directos de Melba y del Comité dentro y fuera de Cuba. Entre los primeros, Alicia Alonso y el Ballet Nacional de Cuba —por cierto fue la primera compañía cultural que viajó a Vietnam del Norte y fue recibida por Ho Chi Minh—, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Felix Pita Rodríguez, que tradujo del francés obras poéticas de Ho Chi Minh; Roberto Fernán-dez Retamar, Julio García Espinosa, Lisandro Otero, el dibujante Mederos, el fotógrafo Osvaldo Salas (padre), y luego otros, como Liborio y Oller, fueron entusiastas propagandistas del Comité. A medida que la agresión yanqui fue mayor, el Comité de Solidaridad creció, tanto en integrantes como en especialidades. Denunció los horrores del napalm, del agente naranja, de productos químicos que terminaban con los cultivos y eran letales para las poblaciones, sobre todo en el Sur, con los efectos de las bombas de fragmentación. De los actos públicos, como principal acción del Comité, este pasó a organizar también simposios especializados en diversas materias: desde los efectos destructivos y la secuela del napalm o el fósforo vivo en los seres humanos, hasta la destrucción del patrimonio. Melba logró que cada provincia tuviera, asociado al ICAP, una representación del Comité Cubano de Solidaridad con Viet-nam del Sur, que ya era de todo Vietnam, y luego con Laos y Cambodia. Uno de los hechos internacionales más significativos del Comité fue su participación en el Tribunal Internacional Bertrand Russell, auspiciado por el ilustre científico británico, Premio Nobel de Física, con el concurso del intelectual francés Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir y otras personalidades europeas, vietnamitas y de otros países, cuyas sesiones se celebraron en Estocolmo, Suecia, y en Roskilde, Dinamarca. El Comité de Solidaridad cubano fue invitado a que llevara testigos de crímenes de guerra, in sito, en Vietnam. La doctora Melba Hernández fue electa representante de América Latina en el Comité de Apoyo a Vietnam. A las sesiones del Tribunal Russell concurrieron exmilitares estadounidenses para testificar sobre los crímenes y víctimas de estos. La presencia de esos exmilitares era un aviso sobre la quiebra de la sociedad norteamericana respecto a esa guerra de agresión. Fueron las primeras víctimas visibles del síndrome de Vietnam. Las publicaciones promovidas por el Comité fueron varias, entre ellas las que recogen el trabajo del Tribunal Russell. Tras la derrota yanqui en Vietnam (1975) el Comité pasó a ser, dentro del ICAP, la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam. Algunos de sus miembros fundadores aún laboran en él. Su presidenta actual, Yolanda Ferrer, diputada a la Asamblea Nacional, había sido la más joven de los miembros fundadores y representaba a la FMC. GRANMA
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