_ El 5 de diciembre de 1956 se produce la sorpresa del ejército batistiano en el lugar conocido como Alegría de Pío. Desde el cañaveral, Fidel imparte órdenes a los combatientes que se retiran. A su lado está Universo Sánchez. Los dos disparan con sus fusiles de mirilla. _ Llega junto a ellos Juan Manuel Márquez. —Fidel —le dice a gritos entre el ruido ensordecedor de los disparos—, ya se fue todo el mundo. Hay que retirarse porque te van a coger vivo.
Comienzan a retirarse entre los surcos, en dirección general hacia el Este. Avanzan a saltos, de tramo en tramo; en una de estas etapas, Juan Manuel no llega. La caña es baja y rala. Resulta peligroso permanecer en ella. No obstante, Fidel ordena a Universo que vuelva atrás a buscar al compañero. Dos veces regresa el combatiente sobre sus pasos, pero Juan Manuel no aparece. En vista de ello, siguen adelante, atraviesan varios cañaverales y pronto llegan a la guardarraya que separa el último campo de caña de un pedazo de monte. Deciden esperar la noche para cruzar, ya que suponen, con razón, que la zona está repleta de soldados. Los dos han conservado sus fusiles, Fidel con 100 balas y Universo con 40. Cuando ya está empezando a oscurecer, desde la posición que ocupan, ven acercarse una figura que de lejos parece un soldado. —Tírale cuando esté bien cerca —dice Fidel a Universo. Este apunta su fusil de mira telescópica, pero cuando la figura se aproxima se da cuenta de que se trata de Faustino Pérez. —¡Médico! ¡Médico! —lo llaman en voz baja. Los tres combatientes cruzan la guardarraya en la oscuridad y se internan unas cuantas decenas de metros en el monte. Granma reproduce nuevamente el artículo que escribiera Faustino Pérez a finales de los 80, donde narra cómo fueron aquellos días en que él y Universo acompañaron al Jefe de la Revolución hasta Purial de Vicana, y cómo jamás Fidel cedió en su convicción de resistencia y de victoria. GRANMA
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