FREDDY PÉREZ CABRERA De todas las cualidades que distinguieron a Arnaldo Milián Castro, sobresalen dos que lo identificaron de por vida, su fidelidad absoluta a Fidel y la Revolución y la disposición para estar siempre al lado del pueblo. Resulta difícil encontrar a un obrero, campesino o intelectual que haya tenido el privilegio de estar en contacto con él y no haya quedado impresionado por su sencillez, humildad e inteligencia, además de su capacidad para escuchar a las masas, de las cuales "siempre se aprende algo", como solía decir. A cien años de su natalicio, fecha que se conmemora este 13 de febrero, vale recordar al hombre que como expresó el General de Ejército Raúl Castro en su despedida de duelo, había estado presente en los "momentos culminantes de la historia de nuestra Patria en los últimos 50 años". Oriundo de la finca Crimea, caserío cercano a Jagüey Grande, en la provincia de Matanzas, Milián conoció la pobreza y los desmanes de los gobiernos de turno desde fecha muy temprana, debiendo trabajar duro para contribuir al sostén de la familia, incluyendo la realización de varias zafras azucareras en Camagüey. Ya en los años 30 del siglo pasado se vincula a las luchas obreras y campesinas por sus reivindicaciones, disputas que lo llevaron a militar en células comunistas de la zona y a participar activamente en la organización de huelgas y manifestaciones contra la corrupción imperante. En 1935 fue condenado a diez meses de prisión por sus actividades revolucionarias en la capital. Tras su salida, incrementa su prédica comunista, distribuyendo propaganda y libros como Los Fundamentos del Socialismo en Cuba, escrito por Blas Roca. En medio de la lucha contra la tiranía batistiana, el jefe de la Revolución, Fidel Castro, supo aquilatar la condición de organizador que siempre tuvo Milián Castro para encauzar, desde la clandestinidad, el apoyo a la guerra que se libraba en la Sierra y a las fuerzas invasoras que avanzaban hacia el territorio central. En ese contexto, la labor unificadora de Arnaldo Milián resultó decisiva para que el Che y Camilo pudieran avanzar en su misión libertaria por el entonces territorio de Las Villas. Al triunfo revolucionario, el líder de la Revolución encomienda al recio dirigente comunista ponerse al frente de las transformaciones que tenían lugar en las regiones que hoy comprenden los territorios de Sancti Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara. A su desvelo y pasión, se deben muchos de los resultados obtenidos por estas regiones, entre ellos la creación del actual Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT) y de la empresa de Cultivos Varios Valle del Yabú, la que durante su gestión logró producir un millón de quintales de viandas. Por sus méritos, también fue Ministro de la Agricultura, miembro del Buró Político y de su Secretariado y vicepresidente del Consejo de Ministros. Al fallecer, el 1ro. de julio de 1983, Fidel expresó en conmovidas palabras que Arnaldo Milián Castro había sido un compañero "excelente, fraternal, eficaz"; un dirigente que realizó un "brillante trabajo al frente de la provincia de Las Villas". GRANMA
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Archives
April 2016
|