Two Generals, Two Great Heroes of the Nation / Dos generales, dos grandes Héroes de la Patria11/19/2011 _ Born November 18, 1836, in Bani, Santo Domingo, Gomez immigrated to Cuba on July 13, 1865. After living several months in Santiago de Cuba he moved to El Datil, near Bayamo. There he began to conspire with Cuban revolutionaries who aspired to the emancipation of the country. In the eastern province itself, Gomez developed his military activities as head, and on November 4, 1868, made the the first machete charge in Venta del Pino de Baire in front inexperienced peasant fighters and destroyed the colonialist enemy with superior numbers, weapons and training. From thenon this method of fighting became the fundamental instrument of the Mambisa struggle for thirty years (1868-1898). The General of a thousand battles, trained great leaders. His discipline and courage earned him the respect of the Mambisa forces with whom he carried out the first invasion of the Liberation Army of the West. The temporary cessation of the campaign for independence with the Pact of Zanjon forced him to go abroad. In the midst of many hardships, when he even lost several of his children, he never gave up his ideals and was devoted to preparations for a new contest. Identified with the thought of José Martí in his ideals of Latin American unity, Gomez attached great importance to the fellowship of the West Indian peoples to face the Yankee imperialist expansion. Yankee military intervention frustrated the ideal of full sovereignty for Cuba and Puerto Rico, and with clear vision he expressed his outrage against the U.S. military occupation in our country. On January 8, 1899, in his campaign diary he noted: "The Americans’ military occupation of the country is too high a price to pay…. by the time this strange situation finally ends, the Americans will have snuffed out even the last spark of goodwill." SERAFÍN, GENERAL OF THREE WARS Serafin Sanchez Valdivia fell in combat on November 18, 1896. About him, José Martí wrote in New York: "From solid merits and pure in heart is the brave and wise Cuban Serafin Sanchez. As a soldier he walked across Cuba, and acquired just and great glory. He is a person of discretion and management of men, of absolute honesty and reserve, and has an upright backbone. " Serafin was born on July 2, 1846 in the town of Sancti Spiritus. Before the War of 1868, he worked as a teacher and on February 6, 1869 took up arms against Spanish colonialism, followed by 45 men and was a Mambi army general in three wars. Linked closely to Maximo Gomez, he served as liaison between the hero of a thousand battles and the apostle José Martí. For his great revolutionary prestige, he contributed decisively, always next to Marti, uniting the old fighters with the civilian conspirators, and by his authority at the center of the island, he structured the underground movement. That November 18, 1896, General Serafin, Inspector General of the Liberation Army, was participating in a very hard fought combat which the Mambises forces sustained for four hours against two numerous enemy columns in the Las Damas Pass above the river Zaza. A bullet passed through Major General Serafin Sanchez, right shoulder to left, cutting the pulmonary artery and producing death almost instantly. He only had time to say "They have killed me", then "that's nothing, continue the march." GRANMA ********************************************** Dos generales, dos grandes Héroes de la Patria _Nacido el 18 de noviembre de 1836, en Baní, Santo Domingo, Máximo Gómez emigró a Cuba el 13 de julio de 1865. Después de residir unos meses en Santiago de Cuba, se ubicó en El Dátil, jurisdicción de Bayamo. Allí comenzó a conspirar con los revolucionarios cubanos que aspiraban a la emancipación de la Patria.
En la propia provincia oriental, Máximo Gómez desarrolló sus actividades militares como jefe y realizó el 4 de noviembre de 1868 la primera carga al machete en Venta del Pino de Baire al frente de bisoños combatientes campesinos y aniquiló al enemigo colonialista, superior en número, armamento y entrenamiento. Desde entonces, ese método de lucha se convirtió en el instrumento fundamental de lucha mambisa durante treinta años (1868-1898). General de mil batallas, formador de grandes jefes. Su disciplina y valentía le merecieron el respeto de las fuerzas mambisas con las que realizó la primera invasión del Ejército Libertador a Occidente. El cese temporal de la campaña independentista por el Pacto del Zanjón le obligó a marchar al extranjero. En medio de muchas penurias, donde incluso perdió a varios de sus hijos, no doblegó sus ideales y se dedicó a los preparativos de una nueva contienda. Identificado con el pensamiento de José Martí en sus ideales de unidad latinoamericana, Máximo Gómez consideraba de gran importancia la confraternidad de los pueblos antillanos para enfrentar la expansión imperialista yanki. El intervencionismo militar yanki frustró el ideal de plena soberanía de Cuba y Puerto Rico, y con certera visión manifestó su repudio contra la ocupación militar norteamericana en nuestra Patria. El 8 de enero de 1899, en su Diario de Campaña anotó: "Los americanos están cobrando demasiado caro con la ocupación militar del país... el día que termine tan extraña situación, es posible que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía". Serafín, general de tres guerras Serafín Sánchez Valdivia cayó combatiendo el 18 de noviembre de 1896. Sobre él, escribió José Martí en Nueva York: "De sólidos méritos y limpio corazón el valiente y sensato cubano Serafín Sánchez. De soldado anduvo toda Cuba, y adquirió gloria justa y grande. Es persona de discreción y de manejo de hombres, de honradez absoluta y de reserva, y tiene de columna hasta la estatura". Serafín nació el 2 de julio de 1846 en la villa de Sancti Spíritus. Antes del estadillo de la guerra de 1868, trabajó como maestro y el 6 de febrero de 1869 se alzó en armas contra el colonialismo español, seguido por 45 hombres y fue General del ejército mambí en las tres guerras. Vinculado estrictamente a Máximo Gómez, sirvió de enlace entre el héroe de mil batallas y el apóstol José Martí. Por su gran prestigio revolucionario, contribuyó decisivamente, siempre al lado de Martí, a unir a los viejos combatientes con los conspiradores civiles, y por su autoridad en el centro de la Isla, a vertebrar el movimiento clandestino. Aquel 18 de noviembre de 1896, el General Serafín, Inspector General del Ejército Libertador, participa en el combate reñidísimo que sostienen las fuerzas mambisas durante cuatro horas contra dos numerosas columnas enemigas en el paso de Las Damas sobre el río Zaza. Una bala atravesó al mayor general Serafín Sánchez, del hombro derecho hacia el izquierdo, cortando la arteria pulmonar y produciendo de manera casi instantánea la muerte. Solo tuvo tiempo para decir: "Me han matado", y luego "eso no es nada; sigan la marcha". GRANMA
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