BÉLGICA, 14 de septiembre de 2012.- Numerosas actividades se han llevado a cabo en diferentes ciudades de Bélgica en el marco de la Jornada Internacional por la Liberación de los Cinco. Este año, cuando se cumplen catorce años de injusto encarcelamiento; en Bélgica hemos tenido el privilegio de contar con la presencia de Olga Salanueva, esposa de René González.
Han sido catorce años de lucha, de sacrificios, de extrañar a la familia, de perder seres queridos….pero que no han mellado el espíritu de los Cinco, su alegría y su amor incondicional a Cuba y a su pueblo. Olga Salanueva nos ha brindado la oportunidad de compartir el pensamiento de René y su visión de lo que han sido estos catorce años de injusticia en sendas cartas que publicamos íntegramente, escritas por René en ocasión de conmemorarse el catorce aniversario de la infamia. Carta no. 1 Han transcurrido 14 años desde aquel brutal 12 de septiembre de 1998. Para la media mañana de ese día, mientras éramos todos procesados en el Centro Federal de Detenciones de Miami tras una redada relámpago, nos íbamos asimilando a aquella nueva realidad que se había presentado tan de golpe con todas sus implicaciones de renuncia, retos y futuros sacrificios personales. En tales circunstancias, aun entre nuestros más pesimistas augurios, nunca se presentó el escenario de que pasados 14 años estaríamos todavía esperando por que se nos hiciera justicia. Nos faltaba mucho que aprender acerca de la capacidad de algunas sociedades y de sus celadores para el ensañamiento. En condiciones de aislamiento solitario el primer mes toma un siglo. El segundo un año. El tercer mes en realidad lo es y los que siguen son quincenas. Tiempo comprimido por la monotonía, el aprendizaje de la supervivencia, el descubrimiento y dominio de los recursos con que burlar las estudiadas limitaciones de todo tipo, diseñadas para la desesperación y la impotencia. Fugaces momentos de camaradería aprovechados al máximo. Complicidades que te sostienen y a veces hasta divierten. Luego viene el combate: Las leyes en manos de jueces y fiscales se convierten en una masa amorfa. La evidencia, esquiva, manipulada al antojo de los acusadores. El tiempo con los abogados escaso y precioso. Cada centímetro de lápiz un tesoro. Aun así nos preparamos, debatimos, estudiamos el caso, nos aprestamos a un combate que sabemos desigual, pero al que iremos con la verdad que la fiscalía intenta escamotear al proceso. En medio del combate el tiempo vuela. De súbito hemos cubierto dos años que nos ponen a las puertas del juicio. Entonces el chantaje: Si aceptas declararte culpable y renuncias a tu derecho a ir a juicio tu esposa puede escapar a un proceso de deportación. El 16 de agosto de 2000 Olguita fue detenida por las autoridades de inmigración. Tras tres meses de prisión fue deportada a Cuba el 21 de noviembre, justo una semana antes del comienzo del juicio. Ese mismo día comencé a escribirle una carta que terminó por convertirse en un diario del proceso: “Mi amor: Hoy comienzo la carta más larga que he escrito o escribiré en mi vida. Te la dedico a ti en este día en que tantos sentimientos y sensaciones encontradas me asaltan. Por un lado el alivio de saber que al fin saliste de tu prisión, que estás entre tanta gente que te quiere y te apoya incondicionalmente, que habrás dejado de ser un instrumento en todo este torpe chantaje que se trató de imponerme inútilmente. Por otra parte la incertidumbre de no saber cuándo te podré ver de nuevo, el vacío que tanto llenabas en los días de visita o en las audiencias de la corte y el saber cuánto tú querías estar aquí junto a mí durante todo este proceso para darme tu apoyo y aliento”. ……………………………………………….. “Sé feliz a toda costa. No te permitas un pensamiento pesimista, o un recuerdo desagradable, o la huella de una bajeza que alguna vez te hizo vivir un mal momento. Piensa que a todas esas cosas las venciste dentro y fuera de la cárcel a golpe de carácter, de moral y de principios. Apóyate en esa moral y en esos principios para ser feliz y mantener la fe en alto. No te niegues un momento de alegría, una sonrisa, un juego con las niñas, una reunión familiar, una salida para divertirte, unas vacaciones para disfrutarlas, un campismo, una película en un cine, una actividad en tu trabajo o cada uno de esos momentos que hacen nuestra vida agradable y nos permiten socializar. Si algún día la sombra de mi situación se interpusiera para privarte de alguno de esos momentos. ¡Espántala!, pues no será mi figura la que está proyectando esa sombra”. ………………………………………………… Han transcurrido 14 años desde aquel brutal 12 de septiembre de 1998. Hemos tenido que asimilar aquella nueva realidad que tanto ha representado en cuanto a renuncia, retos y sacrificios personales. Nuestros más pesimistas augurios se han visto sobrepasados tras 14 años de esperar a que se haga justicia. Hemos recibido una lección única sobre las capacidades de algunas sociedades y de sus celadores para el ensañamiento. Pero el espíritu de los Cinco sigue y seguirá siendo el que transpiraban las palabras de aquella carta. René González Sehwerert Septiembre/2012. Carta no. 2 14 Años de Lucha por la Libertad y la Justicia: Al momento de los arrestos algunos de nosotros no éramos conocidos mutuos. Nuestro primer contacto fue puramente visual, a través de un pequeño cristal y en medio de un silencio impuesto por muros, puertas de hierro y también –por qué no- por la lógica desconfianza. Sólo la obligada comparecencia en corte interrumpió aquellas primeras jornadas de introspección individual, en que cada uno de los Cinco, a solas con sus juicios, se había enfrentado a una decisión personal vital. Una vez juntos, en espera del circo en que se convertiría aquella primera vista ante un magistrado, salió a relucir de inmediato “La Historia me Absolverá”. Creo que fue a partir de ese momento, como por tácito acuerdo, que la palabra de cada uno alcanzó la representación de todos. Asumo bajo esa premisa la valoración sobre como sentimos estos años de lucha por la libertad; a sabiendas de que en un asunto como este mis cuatro hermanos de causa tendrían mucho más que aportar. Para nosotros siempre estuvo claro que la lucha por la justicia en nuestro caso era una defensa de Cuba, sólo que en otra trinchera. El proceso no fue más que una extensión del enfrentamiento entre quienes se arrogan el agredir a Cuba como un privilegio y quienes defendemos su derecho a defenderse, pero esta vez en el escenario de una corte de justicia. Las sesiones del juicio evidenciaron que para los fiscales tanto el terrorismo como una agresión militar a la isla están entre sus legítimas prerrogativas. A nosotros nos pareció importante demostrarles que tendrían que enfrentar a todo un pueblo que piensa lo contrario. Ellos se ensañaron en nosotros como una manera más de castigar la resistencia de Cuba. Nosotros nos propusimos demostrarles que esa resistencia tiene profundas raíces, y que va más allá de los Cinco. El encono que nos muestran indica que lo logramos. Obviamente, en el plano personal, compartimos con cualquier persona privada de la libertad las mismas ansiedades, deseos de regresar a nuestros hogares, incorporarnos a nuestro pueblo y rehacer nuestras vidas. Por otra parte, y no menos importante, es la lucha interior por impedir que nuestros verdugos logren inocularnos la semilla del odio o del resentimiento. Luchar por nuestra felicidad y la de nuestros seres queridos en estas circunstancias ha sido parte importante del combate, y conseguirlo será una buena medida de la victoria. Aunque desde una perspectiva de principios parezca enajenado, ellos aun esperan superar el obstáculo que representa la dignidad de Gerardo para justificar una acusación formal contra Cuba. Para nosotros, la lucha por la liberación de los Cinco sigue pasando en primer plano por la defensa de la patria. Después de 14 años de vil castigo ha quedado atrás la posibilidad de que a nosotros se nos haga justicia. Es una realidad que hemos asimilado, creo que con suficiente decoro. A Cuba, en cambio, aun se le quiere juzgar en nosotros. Cuando se imponga la razón y se ponga fin a nuestro absurdo castigo, por las vías que sea; aun sin declararlo el gobierno norteamericano estará concediendo su principal derrota: No haber alcanzado el suficiente plano moral, a pesar de todos sus esfuerzos, para juzgar a Cuba. Nuestra libertad, entonces, descontado un acto de imposible justicia, será también otra vindicación de Cuba. René González Sehwerert Septiembre 2012. (Cubaminrex-Embacuba Bélgica) L4C5
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