Discurso pronunciado por Mercedes López Acea, miembro del Buró Político del Partido, en el Acto Central por el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado
General de Ejército Raúl Castro Ruz, Familiares de las víctimas del terrorismo de Estado contra Cuba, Familiares de nuestros Cinco Héroes, Compañeras y compañeros: Hace hoy justamente un año, en este propio lugar, nuestro Presidente, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en ocasión de conmemorarse, por primera vez, el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, hizo un recuento de la larga y dolorosa historia del terrorismo contra el pueblo cubano, auspiciado por las más altas esferas de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos, con el protagonismo de la siniestra Agencia Central de Inteligencia, la CIA, y la participación activa de organizaciones contrarrevolucionarias apátridas y mercenarias. Raúl evocó los incendios, los bombardeos, los sabotajes —como el pérfido del vapor La Coubre y el no menos criminal del círculo infantil Le Van Than—, el secuestro de aviones, barcos y ciudadanos cubanos, los atentados contra nuestras oficinas en el exterior y el asesinato de diplomáticos, los ametrallamientos contra instalaciones y los múltiples planes contra la vida de los principales dirigentes de la Revolución, especialmente contra el Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz. También recordó la organización, financiamiento y abastecimiento de las bandas armadas, la invasión por Playa Girón, la Operación Mangosta, la guerra biológica contra cultivos, animales y contra seres humanos, con su especialmente cruel manifestación en la epidemia de dengue hemorrágico, las explosiones en instalaciones turísticas... ¡Ha sido muy grande la estela de sufrimiento y dolor causados a este pueblo por el imperialismo norteamericano! Hoy, 6 de octubre, se cumplen 35 años de uno de los hechos más abominables en esa historia del terror contra Cuba: el crimen de Barbados. La destrucción en pleno vuelo por un atentado terrorista del avión de Cubana, el vil asesinato de 73 personas inocentes, ciudadanos guyaneses, coreanos y cubanos, en la flor de su vida la mayoría, entre ellas el equipo juvenil cubano de esgrima, estremeció las fibras de la nación. La Patria escogió este día, para rendir tributo a los 5 577 cubanos que han muerto, o han quedado incapacitados para siempre, por actos terroristas ejecutados contra Cuba, durante más de cinco décadas, con el patrocinio, complicidad y participación directa de las autoridades de Estados Unidos. El recuento hecho por el compañero Raúl hace un año, con cifras y argumentos irrebatibles, me releva de ahondar con más detalles en acontecimientos indeleblemente grabados en la historia. Por demás, como él mismo dijera entonces, "sería imposible recoger en una sola intervención la interminable cadena de planes, acciones y ataques terroristas fraguados contra nuestro país". Es por esa razón que centro mis palabras en precisar qué ha ocurrido en estos últimos doce meses. Y tengo que decir que por un año más, nuestro pueblo ha esperado en vano que se haga justicia. Uno de los autores del crimen de Barbados y de tantas otras felonías contra Cuba, Orlando Bosch, murió en Miami, disfrutando la libertad que obtuvo gracias al perdón ejecutivo que le concedió el presidente George Bush (padre). Ese perdón fue una retribución a los servicios criminales que prestó durante años. Pero ¿quién era el director de la CIA cuando fue saboteado el avión de Cubana? Ese mismo George Bush. ¿Qué ocurrió este año con el terrorista internacional Luis Posada Carriles, el otro autor intelectual del crimen? No bastó con acusarlo por delitos menores y dilatar hasta el absurdo el juicio, que nuestra prensa justamente denominó "la farsa de El Paso". Finalmente, fue exonerado de todos los cargos. Decir que es inocente un criminal como Posada, es una afrenta no solo al pueblo cubano, sino a la humanidad entera. Exigimos que se le extradite a Venezuela y se haga justicia. Ese asesino confeso debe ser juzgado por los crímenes que cometió. ¿Acaso excluyó este año Estados Unidos a Cuba de su espuria lista de "Estados patrocinadores del terrorismo"?, medida infame como pocas que más que poner en tela de juicio a nuestro país lo que hace es desacreditar aún más a aquel gobierno. ¡No! Una vez más, incluyeron a Cuba, para tratar de justificar por esa vía sus sanciones y su bloqueo genocida. Estados Unidos, que es el mayor promotor del terrorismo de Estado en el mundo —el de los salvajes bombardeos nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, el que arrebató la vida a 4 millones de vietnamitas, el padrino de las sangrientas dictaduras militares y la "Operación Cóndor", el de las masacres en Afganistán, Irak y Libia— ese que incumple los tratados internacionales que ha suscrito en la materia y que tiene un notorio doble rasero en su supuesta "guerra contra el terrorismo", no tiene un átomo de autoridad moral para elaborar semejante lista. La verdad histórica es que no hay país que haya sido víctima, como Cuba, de ese flagelo, originado durante décadas en el territorio de Estados Unidos. Precisamente por ello, y por los principios que han sustentado a nuestra Revolución, nuestro país ha condenado firmemente todas las formas y manifestaciones del terrorismo, en cualquier lugar del mundo, y ha firmado los 13 tratados internacionales existentes sobre ese tema. Aunque algún político norteamericano, como recientemente la congresista Michelle Bachmann, pueda hacer declaraciones infundadas e irresponsables en tal sentido, la realidad es que el territorio de Cuba nunca ha sido utilizado, ni se utilizará jamás, para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún país, incluyendo los Estados Unidos. Transcurrido un año más, sigue sin respuesta la propuesta de nuestro Gobierno a las autoridades estadounidenses de firmar un acuerdo de colaboración en esta esfera. Nos preguntamos ¿por qué, si está en el interés del pueblo de los Estados Unidos? Indudablemente, no hay voluntad política. La mayor evidencia de ello es lo que ha ocurrido con los Cinco Héroes cubanos. Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René han soportado 365 días más de injusto encierro. Ya son 13 años de cruel e inmerecida prisión, ¿hasta cuándo va a prevalecer la injusticia? No debieron estar ni un día presos: no buscaban información clasificada ni obtuvieron datos de seguridad nacional, ni afectaron ningún interés de Estados Unidos. Su misión era contribuir a impedir las acciones de los grupos terroristas que actúan con total impunidad contra Cuba desde La Florida. Sus juicios fueron arbitrarios, se celebraron en Miami —la capital del terror anticubano—, en medio de un clima hostil, atizado por una feroz campaña de prensa pagada por el gobierno yanki. Hay más que suficiente información, argumentos y documentación legal, que demuestran el carácter amañado de esos procesos. ¿Qué decir de las condiciones en que han transcurrido para ellos esos casi cinco mil días y noches? Los confinamientos en "el hueco", los prolongados períodos de incomunicación, las dificultades para contactar con sus representantes legales, la injustificada separación familiar... ¡Qué bajo han caído los representantes del imperio al ensañarse en los Cinco, al convertir su encierro en una vendetta política contra todo un pueblo! Pero no han logrado doblegarlos, a pesar de las presiones y los abusos. Pese a las injustas condenas y los tratos inhumanos, crueles y degradantes que han recibido, ellos han mantenido una conducta ejemplar, sin hacer la más mínima concesión en sus convicciones, dando un ejemplo insuperable de dignidad y firmeza. Ahora se comete una nueva injusticia, una represalia adicional. Mañana debe salir de prisión René González, tras haber cumplido la brutal e injusta sentencia que le impusieron. Pero se le niega el derecho de regresar a Cuba y reunirse con su esposa, sus hijas y sus padres. Detrás de esa decisión de la jueza Joan Lenard está el gobierno de los Estados Unidos, que persigue con saña a nuestros luchadores antiterroristas mientras, por otro lado, tiene un historial de protección a los individuos y organizaciones terroristas radicados en su territorio, que son responsables de la muerte, el dolor y el sufrimiento de miles de cubanos. Se comete, en la persona de René, una nueva injusticia contra los Cinco. Obligarlo a convivir con los elementos terroristas de Miami, verdaderos asesinos impunes, pone en peligro su vida. Responsabilizamos al gobierno norteamericano por las consecuencias de esa brutal y torpe decisión, en particular por la seguridad e integridad física de René. Es absurdo el requisito adicional de la jueza de prohibirle, después que salga de la cárcel, "asociarse a/o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas... " Es ilógico, porque se obliga a René a residir precisamente donde esos grupos o individuos florecen y actúan con toda impunidad. Esto demuestra que el gobierno de los Estados Unidos conoce quiénes son y dónde están los terroristas. ¿Qué entidad gubernamental actualizará a René de aquellos sitios donde hoy se reúnen los terroristas? ¿Acaso el gobierno, a su vez, les ha prohibido a estos acercarse a René? Con ese requisito, vuelto a ratificar por la jueza, el gobierno de los Estados Unidos reconoce la presencia de terroristas en su territorio, con un largo prontuario de acciones criminales contra Cuba, y pone de manifiesto, una vez más, el doble rasero de su cacareada e hipócrita "lucha contra el terrorismo". Reiteramos, como diáfanamente fue expresado en el Editorial publicado en Granma, órgano oficial de nuestro Partido, el pasado 28 de septiembre: "aunque es imposible reparar la injusticia ya consumada tras tantos años de indebido encarcelamiento y ensañamiento político, la única acción mínimamente decorosa del gobierno de los Estados Unidos, a estas alturas, sería la de permitir el inmediato regreso de René a Cuba, poner fin a las sentencias vengativas contra Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando, y permitir el retorno definitivo de todos a la Patria". Es sobradamente conocido el trato injusto e inhumano aplicado a nuestros cinco compañeros, Héroes de la República de Cuba, que luchaban para proteger del terrorismo al pueblo cubano, y también al norteamericano. La solidaridad internacional en torno a ellos ha crecido año tras año. Jefes de Estado y Gobierno, otros altos funcionarios gubernamentales, diez Premios Nobel, destacadas personalidades, organizaciones y movimientos sociales de todos los confines de la Tierra, se han sumado al reclamo de libertad para los Cinco. Esa lucha será cada día mayor aún. Ahora corresponde denunciar con todas las fuerzas, el castigo adicional que se pretende imponer contra René González, y reclamarle al presidente Obama que cese de una vez por todas la injusticia, permita el inmediato regreso de René a Cuba y use sus facultades constitucionales para poner fin a las sentencias vengativas contra Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando. Ese es el sentir de millones de cubanas y cubanos, que no cesará un instante hasta verlos a todos aquí, junto a sus seres queridos y su pueblo. Como dijo el compañero Fidel en las Reflexiones que tituló "La vergüenza supervisada de Obama", los Cinco simbolizan la indoblegable resistencia de los patriotas cubanos. ¡Ellos, como nosotros, jamás claudicarán! ¡Jamás se rendirán! Hoy, cuando conmemoramos el trigésimo quinto aniversario del abominable sabotaje al avión de Cubana en Barbados, y rendimos tributo a todos los cubanos y cubanas que perdieron la vida, o quedaron incapacitados como consecuencia del terrorismo de Estado, desatado por un poder imperial contra este pueblo heroico, ¡exigimos justicia! ¡Gloria a nuestros héroes y mártires! ¡Libertad para los Cinco! ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos! GRANMA
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May 2016
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