Ricardo Alarcón Texto y foto Pastor Batista Valdés ¿A quiénes, si no a los que trabajamos en los medios de información, nos corresponde romper el muro de silencio, de distorsión y ocultamiento que el enemigo ha impuesto en el caso de los Cinco cubanos prisioneros en cárceles de los Estados Unidos? La interrogante, a modo de enérgico llamado, fue hecha por Ricardo Alarcón de Quesada, prominente político e intelectual cubano, desde el Museo del Humor, en San Antonio de los Baños, durante la entrega del Premio Tomy on line, en el contexto de la XVIII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico. La comparecencia de Alarcón estuvo motivada por un mensaje que envió Gerardo Hernández Nordelo, a quien el brutal régimen carcelario le impidió fungir como miembro del Jurado de ese concurso, al no llegar a sus manos las obras que con suficiente antelación enviaron hacia él los organizadores, por medio de Alicia Jrapko, miembro del Comité Internacional por la Libertad de los Cinco. Muy sensible frente a ese asunto, Ricardo Alarcón recordó que, coincidentemente, diez años atrás, durante la bienal del 2003, Gerardo había sido confinado igualmente en el llamado “hueco”: situación que en aquella oportunidad comunicó con profunda preocupación el abogado Leonard Weinglass, al considerar las condiciones de ese lugar peores a las del pabellón de la muerte. También –y como expresión del estoicismo presente en Gerardo- evocó la respuesta del joven Héroe cuando, al conocer la ratificación de su injusta sentencia sugirió continuar haciendo todo cuanto fuera posible para liberar a Ramón, Antonio, Fernando y René, mientras él resistiría todo lo que fuese necesario allí. “El peor castigo que se comete contra Gerardo, es el bloqueo informativo”, enfatizó Alarcón luego de calificar como ensañamiento otras injusticias, entre las que está la negativa de concederle visa a Adriana Pérez (esposa) para que pueda visitarlo. En ese sentido alertó la macabra intención de suprimir o hacer desaparecer incluso la solicitud de Habeas Corpus correspondiente a ese Héroe, asunto del que, por supuesto, la gran prensa jamás dirá ni una sola palabra. Por eso –insistió- el primer paso es quebrar o romper ese muro de silencio, sobre la base de una multiplicación de las acciones concretas y efectivas que corresponden a la prensa revolucionaria y los periodistas dignos de Cuba y de todo el mundo. Ese –precisó- es un “deber gremial”, no solo por ser Gerardo un brillante caricaturista, sino porque también escribió y publicó crónicas y otros materiales de gran interés. En línea directa con tal idea, antes de concluir su intervención Ricardo Alarcón exhortó a que cada humorista, cada periodista y todo el que trabaja en el terreno de la información y de la comunicación se pregunte ¿Qué más podemos hacer por la libertad definitiva de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René? En sus palabras, el destacado político cubano mostró asombro y admiración por el modo en que Gerardo se mantiene al tanto de lo más importante que acontece en la realidad cubana, elogió la capacidad del Héroe para seguir haciendo humor mediante caricaturas y obras como el simpático bate que hizo llegar con la masa hueca o perforada para que el pelotero Alfredo Despaigne lo utilice cuando juegue con el equipo de Industriales. “Ese humor –subrayó- es una fuerza que le ha permitido a Gerardo mantenerse en las condiciones más infames que una persona pueda soportar.” CUBAPERIODISTAS.CU
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May 2016
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