Por: Ladyrene Pérez, Mónica Rivero “En libertad”, escribió con tiza para sus alumnos Ania Ortega el 17 de diciembre pasado no bien supo la noticia. No atinó a hacer otra cosa, cuenta, así que habló como más cómodo habla una maestra: sobre su pizarra. Ese mismo día, en el hotel Free City de Sierra Leona, el doctor Rocsé Ríos Molina y el resto de su brigada se apretaron las manos y los brazos, pasando por alto -confesaría en una carta- la advertencia de evitar lo más posible el contacto físico. Ambos viven en Jaruco, son dos cubanos de los miles de cubanos y gente de todo el mundo que formó parte de la campaña en solidaridad con Los Cinco. Ania es una de los artífices de “Alas de libertad”, un proyecto que surgió en 2007 en alianza con Radio Jaruco. Este viernes, en ocasión del aniversario 45 de la emisora, Gerardo Hernández y Adriana Pérez les hicieron una visita en gesto agradecido por la compañía de estos años desde la distancia. Allí vieron a Ania y sus niños; allí recibieron la carta del doctor Ríos Molina. El héroe intercambió con niños y adolescentes de las cuatro generaciones que han pasado por el proyecto. Respondiendo la pregunta de una niña, dijo que, al cabo de estos años, había encontrado una Cuba “diferente, con cosas para bien para bien y cosas para mal. Pero una Cuba más linda”, concluyó. “Hay muchos modos de ser héroe”, transmitió luego a su joven auditorio mientras los estimulaba a ser responsables, a ser sensibles ante la vida en todas sus manifestaciones, a cultivar solidaridad, sentido común, ética. En Jaruco conmemoraban además el 58 aniversario del asalto a Radio Reloj y el Palacio Presidencial. Durante el acto, pidieron unas palabras de Gerardo. El héroe expresó nuevamente gratitud por cada carta, cada pequeña muestra de apoyo… “que no sienta nadie que su esfuerzo no fue decisivo para el resultado final, para nuestra liberación. Cada gesto nos dio a conocer más, y sobre todo nos ayudó a tener fuerza para soportar”. Para soportar la distancia, para soportar el tremendo peso de dos cadenas perpetuas, dos cadenas perpetuas y 15 años. El peso de dos vidas y más pretendidamente decomisadas en una, solo una, recuperada gracias a tantos.
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Voices for the FiveArchives
May 2016
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