Confía Álvaro Colom en la vuelta a casa de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos. Declaraciones exclusivas del expresidente guatemalteco sobre los vínculos entre nuestros dos países y acerca del enfrentamiento al flagelo de la violencia y el narcotráfico en la región PEDRO DE LA HOZ [email protected] El último día de la III Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo en enero pasado, el expresidente guatemalteco Álvaro Colom accedió amablemente a un cruce de palabras con los reporteros de Granma. Es un hombre de hablar pausado, apenas levanta la voz. Alto, delgado, no se advierten a primera vista en su semblante huellas de las culturas mayas que caracterizan a su país, pero lleva muy bien incorporado ese acervo ancestral. "Después de la Presidencia me he dedicado a colaborar con un programa de Naciones Unidas sobre seguridad en las Américas", cuenta al principio de la conversación. "En el tiempo libre he comenzado a desarrollar con mis hijos un proyecto agrícola ahora que tenemos tiempo para llevarlo adelante. Estoy en una fase de aprendizaje de algo que había soñado".
En el diálogo, como es de suponer, José Martí es un primer peldaño. ¿Cómo sienten a Martí los guatemaltecos de hoy? "En Guatemala, Martí es una presencia muy cercana. Yo crecí en una familia donde se le tenía un gran respeto y admiración por Martí. No olvidemos que en mi país Martí vivió experiencias inolvidables, conoció a los pueblos originarios y entendió que sin sus culturas era imposible construir la nación. Luego está el poeta que escribió los hermosos versos de La niña de Guatemala, al evocar a aquella jovencita que quedó prendada de él. Los vínculos entre Cuba y Guatemala no solo tienen en Martí a una figura esencial. También está José Joaquín Palma, el poeta bayamés, amigo de Martí, que nos regaló la letra de nuestro Himno Nacional. Palma dirigió una escuela de nivel secundario, intimó con el expresidente Miguel García Granados, padre de la adolescente que inspiró el poema de Martí. "Hay otra coincidencia en el contexto en que Cuba y Guatemala conmemoran el aniversario 160 del natalicio de Martí, y es que también allá y acá estaremos recordando el centenario del nacimiento de un gran guatemalteco que residió y trabajó aquí y es uno de nuestros más importantes intelectuales, don Manuel Galich". Usted vive y ha hecho política en medio de una sociedad muchas veces estremecida por la violencia de bandas pertenecientes al crimen organizado. ¿Es un problema endémico o tiene solución? "Definitivamente Centroamérica es el paso obligado de todo lo bueno y todo lo malo, de Norte a Sur y de Sur a Norte, y uno de los flagelos es el narcotráfico, con la carga de violencia, inestabilidad social, ingobernabilidad e inseguridad ciudadana que arrastra. La erradicación del narcotráfico se presenta como una tarea muy compleja, pero no podrá ser encarada aisladamente por cada uno de nuestros países. Un paso positivo durante mi mandato presidencial consistió en coordinar estrategias comunes con otros gobiernos centroamericanos. Advierto, sin embargo, que es mucho más decidida la concertación a nivel de diversos estamentos de la sociedad civil que entre los aparatos especializados de enfrentamiento. Se requiere mucha voluntad política. En Cuba se ha resuelto el problema de raíz y no solo con actuaciones punitivas, sino con la prevención, la educación y, lo que es más importante, dándole oportunidades a la juventud". En la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), recientemente efectuada en Santiago de Chile, el Presidente cubano habló de nuestra experiencia en el combate contra el narcotráfico y el consumo de drogas. ¿Qué opinión le merece ese pronunciamiento? "No caben dudas acerca de la trascendencia de ese aporte. Es más, diría que la CELAC, como nueva instancia de integración, puede hacer mucho por encarar el tema de manera conjunta y exitosa". ¿Cómo ve las perspectivas de un enfrentamiento a escala internacional del narcotráfico? "Uno de los graves problemas pasa por la falta de un enfoque integral de las soluciones. Se puede perseguir, arrestar y aniquilar a los traficantes que vienen de nuestros países, destruir redes de distribución y laboratorios, pero todo volverá a reproducirse como un círculo maldito si no se toman medidas efectivas y drásticas en los grandes países consumidores, dígase Estados Unidos y Europa, que golpeen las enormes finanzas que genera el narcotráfico e impida el blanqueo de dinero y su inversión en la economía. Me parece también un contrasentido que en la frontera sur de Estados Unidos se libre una guerra cruenta, denunciada por todos, mientras que nadie se pregunte de dónde vienen las armas, ni quiénes ganan con el suministro de fusiles de asalto y ametralladoras". Al margen de su participación en la Conferencia por el Equilibrio del mundo, ¿algún momento de esta estancia cubana que quisiera recordar? "Conocer a los familiares de los jóvenes cubanos que permanecen en cárceles norteamericanas. La entrega, la paciencia y el sacrificio de esos jóvenes y sus familiares resultan conmovedores. Suscribo lo que dije ante los participantes en la Conferencia: fue una suerte que el natalicio de Martí estuviera marcado por una fecha que el calendario maya consagra como el día de la profecía de los hombres sabios y eso es lo que hemos vivido aquí. Hay otra fecha que indica el día de la justicia y estoy seguro llegará cuando regresen los Cinco a su tierra querida. Nos merecemos vivir ese día". GRANMA
0 Comments
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
Voices for the FiveArchives
May 2016
|