Por: Oni Acosta Llerena La mañana del domingo 1ro de febrero quedará en el recuerdo de muchas personas. Los que sabíamos lo que iba a suceder guardamos total silencio, y aún así la emoción terminó venciéndonos sobrecogedoramente. La mañana del 1ro de febrero de este recién estrenado año 2015, fue escogida para iniciar la Temporada de Conciertos de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, y para que el empeño fuera total y magistralmente mágico, se escogió al solista cubano que más veces ha tocado con dicha orquesta: Frank Fernández.
Y también fue una mañana donde se agasajó al maestro Frank Fernández en nombre de los rumberos cubanos, cuando se le obsequió un diploma por su contribución al Rumbón de la Victoria, que también festejando el regreso de los Cinco a la Patria, contó con su participación activa en diciembre pasado. En esta mañana de amigos también hubo un especial regalo de todos los músicos de la OSN, y fue una muñequita sencilla y muy cubana para Gema, la hija de Gerardo y Adriana, en la cual se deposita el cariño de miles y millones de personas en el mundo, que lucharon y marcharon, que tocaron y cantaron por el regreso de su papá. El programa escogido haría un recorrido excelso por la mejor cubanía posible, desde Roldán hasta el propio Frank Fernández, teniendo como hilo conductor la pureza y la belleza sinfónica de las obras escogidas, además de la destacable parada latinoamericana en la obra Guapango del mexicano José Pablo Moncayo. De Frank, resaltar como siempre su buen gusto y su mejor arma: un repertorio adecuado y equilibrado, sin excesos ni carencias. Temas de “La Gran Rebelión” (recordada teleserie con música suya) y del documental “Cuando pienso en el Che” (dirigido por el periodista italiano Gianni Miná en 1987) formaron parte de lo interpretado. Aunque añado que la versión a piano y orquesta de La Comparsa, fue atípica al proveer de un solista en las pailas y un fraseo de trompetas más que impresionante, lo cual arrancó una larga ovación y levantó de sus asientos a los asistentes a la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. La OSN estuvo crecida, coherente, empastada, compacta, poseedora de un sonido “redondo” como solemos decir los músicos, como si esta mañana de febrero fuera más que especial y única.No quiero escribir mucho, no debo. Tuve el inmenso privilegio de presentar el concierto y de tener la total libertad de palabra que el maestro Enrique Pérez Mesa me obsequiara esta importante mañana de mi vida, y fue precisamente no leer ningún guión o escrito alguno, sino de hablar desde mi perspectiva personal y desde mi total peregrinar de años sobre la labor musical de nuestra OSN. Agradezco a la vida por ello, por haber sido un privilegiado más en esta única mañana del domingo 1ro de febrero de 2015.
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May 2016
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