A mi querida madre y a todas las madres amigas y del mundo, quienes engendran la vida y la cuidan con celo, defendiendola hasta arriesgar y dar su propia vida, este poema de Jose Marti, de sus Versos Sencillos.
Poema XXVII El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos Del sable del español: La calle, al salir el sol, Era un reguero de sesos. Pasa, entre balas, un coche: Entran, llorando, a una muerta: Llama una mano a la puerta En lo negro de la noche. No hay bala que no taladre EL porton: y la mujer Que llama ma ha dado el ser: Me viene a buscar mi madre. A la boca de la muerte, Los valientes habaneros Se quitaron los sombreros Ante la matrona fuerte. Y despues que nos besamos Como dos locos, me dijo: "!Vamos pronto, vamos, hijo: La niña esta sola: vamos!" !Felicidades!, en este y todo los dias, por encima de sus tristezas y de sus desvelos. El amor puro de madre siempre vencera. Con infinito cariño. Cinco abrazos. Tony 7 de mayo de 2011 FCI Florence
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