MAYLIN GUERRERO OCAÑA Las crueldades que cometía la dictadura de Batista para evitar las acciones de sublevación popular en Cuba tuvieron respuesta en Cienfuegos el 5 de septiembre de 1957, cuando miembros de la Marina lideraron una rebelión, con gran apoyo del pueblo y del Movimiento 26 de Julio. Aunque no tuvo el éxito esperado, debilitó a las fuerzas armadas y esa ciudad fue libre por casi 24 horas. En honor a quienes murieron en el alzamiento, se escogió la fecha para conmemorar el Día de la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR), pero fue en realidad un 3 de agosto de 1963 cuando volvía a nacer, en tiempos de Revolución, esta entidad militar. Y es que ese día, en la bahía occidental de Cabañas, los nuevos y jóvenes marinos cubanos recibieron una moderna técnica naval de combate.
Una vez que estuvieron alineadas todas las embarcaciones, a bordo del yate Granma pasó revista a la nueva Marina nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien aquella vez expresó: "¡Que sea esta siempre una Marina de Patria o Muerte!". PROTAGONISTA DE LA HISTORIA El capitán de corbeta retirado José Manuel Gómez Gómez, fundador de la base naval del Ejército Occidental, es uno de los protagonistas de la Historia antes contada. Para enriquecerla, cuenta a Granma que se había incorporado a la Marina desde mayo de 1963 por sugerencia de un primo cercano. Tenía entonces 16 años. "Ese 3 de agosto fui situado en la entrada de la escuadrilla 81, donde nos fue entregada la nueva técnica, para organizar los vehículos en el parqueo. Al acercarse la caravana en la cual venía Fidel, me paré en posición de atención. Venía en un jeep con importantes dirigentes, funcionarios y jefes de la Marina. El vehículo se estacionó a seis metros de donde yo estaba. Él se bajó, se arregló la ropa, me miró y respondió el saludo. ¡No te imaginas lo que representó ese gesto para mí!". Gómez Gómez, con 65 años, recuerda que en días anteriores a esa fecha, los marinos hacían labores de limpieza y organización de la base, recogida de escombros, y trabajaban en la construcción de la posición técnica para los cohetes. Lejanos ya esos días, refiere con brevedad cómo ha transcurrido su vida en la base: "Luego de pasar un curso de sanitario-fumigador, me incorporé al puesto médico y con el tiempo llegué a ser sanitario mayor. Fui político de la Juventud de la flotilla por más de dos años, y cumplí misión internacionalista en Angola". ¿Cómo calificaría estos más de 20 años en la Marina? "De extraordinarios. La Marina de Guerra Revolucionaria me formó y preparó para la vida, y más en esta unidad con condiciones de vida muy difíciles y de mucho rigor. Estoy muy orgulloso y feliz con la labor que hacen hoy los jóvenes, quienes permiten que la Marina siga siendo puntera en la defensa del país". EL RELEVO EN MANOS JÓVENES La teniente de fragata Alena Cecilia Estrada Tamayo, con tan solo 25 años es comandante de una embarcación. Como muchos otros jóvenes oficiales, representa el relevo de quienes han dedicado sus vidas a preservar y defender la paz en el país desde la Marina de Guerra. Al frente de su lancha coheteril, Alena tiene dos importantes prioridades: la de garantizar la soberanía de las aguas jurisdiccionales cubanas y velar por la seguridad de los combatientes bajo su mando. Cumplir las dos no es tarea fácil, pero reconoce que con gran esfuerzo se logra. "Cada vez que salgo al mar es mi responsabilidad, por eso cumplo estrictamente las normas, porque además, cuando estamos en altamar la bandera de Cuba representa al país". Dice la joven bayamesa que con frecuencia el mar presenta condiciones muy difíciles, y que por eso surge más a menudo el cansancio y las náuseas entre los noveles tripulantes, siendo ella misma víctima de tales inconvenientes. Todo ello acontece en el mar, cuando antes se tuvo que preparar al barco para la salida. "Pero hay que estar firme y dar el ejemplo. En este sentido, ser mujer me ayuda, porque cuando los muchachos me ven firme, enseguida el comentario de ellos es que cómo si una mujer puede lograrlo, ellos no, y ahí es cuando les surge mayor fuerza de voluntad". ¿Y por qué decidiste ingresar a la Marina? "En gran medida por la organización y tradición que tienen sus integrantes dentro de las Fuerzas Armadas, el desafío de navegar y vivir esas experiencias. Le tengo mucho amor a mi profesión, y aunque tenía dos tíos que querían que cuando saliera de los Camilitos fuera artillera, al final preferí los barcos". GRANMA
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