OLGA DÍAZ RUIZ Los cubanos asumimos una Revolución hecha para el pueblo y por el pueblo, que desde su amanecer en enero de 1959 ha tenido que enfrentar el asedio político, económico y militar de las sucesivas administraciones de Estados Unidos. Ante esas circunstancias, junto a la preparación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), una de las prioridades del país en 50 años ha sido desarrollar nuestra capacidad movilizativa y elevar la instrucción militar de cada ciudadano, para preservar así las conquistas sociales alcanzadas. Con la Operación Caguairán se logró una mayor eficiencia en la preparación de los reservistas y oficiales. A esta cita cotidiana con el deber, el Servicio Militar de Reserva (SMR) asiste como bastión fundamental, teniendo en cuenta que los principales mandos y unidades militares de las FAR se completan con estas fuerzas. Para conocer más sobre ese aspecto, Granma conversó con el coronel Heriberto Burgos Ronquillo, del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR). CÓMO EMPEZÓ TODO Una de las primeras medidas que tomó la Revolución en sus inicios fue la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias como mecanismo para organizar al pueblo en la defensa de la Patria. Demostramos al mundo la capacidad que tiene nuestro pueblo de movilizarse ante una situación excepcional, dijo el coronel Burgos, del MINFAR. Al poco tiempo, el Gobierno cubano promulgó la Ley 1129 del Servicio Militar Obligatorio, en 1963, "con el objetivo de incorporar más jóvenes en las tareas de la defensa, e ir incrementando nuestras unidades", precisa el coronel Burgos. Diez años después se aprobó la Ley 1255, que estableció el Servicio Militar General.
Más adelante, en 1994, cuando el gobierno estadounidense arreció el bloqueo económico y la guerra ideológica contra Cuba, entró en vigor la Ley número 75 de la Defensa Nacional, que ratificó el Servicio Militar Activo (SMA) y el SMR, de obligatorio cumplimiento para las personas de sexo masculino entre los 18 y 45 años de edad. En el 2001, con el Decreto Ley 224 del Servicio Militar, finalmente quedó mejor organizado y regulado todo lo relativo al cumplimiento del SMR, permitiendo un mayor control del potencial combativo nacional y correctas distribución y asignación de los reservistas a las distintas unidades. ASPECTOS CLAVE Sin embargo, para lograr la movilización rápida y efectiva del país es preciso trascender las fronteras legales. En esta cruzada una de las cuestiones fundamentales radica en la efectividad de las citaciones que realizan los Comités Militares a través de las Áreas de Atención. Estas pueden comunicarse a los reservistas por dos vías: al lugar de residencia o al centro de trabajo. En el primer caso se les debe notificar con 15 días de anticipación como mínimo; y en el segundo es necesario comunicarse con la entidad laboral 30 días antes. En este último punto, el coronel Burgos explica que los trabajadores declarados imprescindibles para el cumplimiento de sus funciones profesionales en tiempo de guerra, no son movilizados para recibir preparación militar. También es esencial —subraya— que cuando el reservista reciba la citación se presente en el lugar, la hora y en la fecha que se le indica. Los Comités Militares son los responsables entonces de que cada reservista sea trasladado a la unidad donde cumplirá su preparación. Una vez movilizados, las FAR garantizan las condiciones de vida necesarias para la permanencia de estas fuerzas en los distintos campamentos, y la comunicación con sus familias. Asimismo, el coronel Burgos enfatiza que los ciudadanos movilizados continúan percibiendo el salario que devengaban en su centro de trabajo, según lo normado por la Ley, y a quienes corresponda, conservan el derecho a la estimulación salarial. Es bueno destacar —comenta— que está establecido que las FAR reintegren a los centros laborales el importe de los salarios pagados a sus trabajadores durante el tiempo que permanezcan movilizados, para lo cual deberán presentar la documentación correspondiente. A aquellos reservistas que carecen de vínculo laboral, las FAR les aseguran una retribución monetaria mensual durante el llamado. Al término de la preparación correspondiente, deben ser evaluados por el mando militar. OPERACIÓN CAGUAIRÁN Desde sus primeros años de creada, la Reserva de las FAR ha sabido poner en alto la disposición y capacidad combativas de las tropas cubanas en múltiples misiones internacionalistas. Atendiendo a este precedente y a partir de la proclama del Comandante en Jefe del 31 de julio del 2006, la preparación de los reservistas y milicianos se ha desarrollado mediante la Operación Caguairán y Mi Guardia por la Patria, que lograron movilizar a decenas de miles de hombres y mujeres en un plazo relativamente corto. "Nos demostramos nosotros mismos y le demostramos al mundo la capacidad que tiene nuestro pueblo de movilizarse ante una situación excepcional", puntualiza el coronel Burgos. Realmente la movilización dejó un saldo positivo: se logró una mayor eficiencia en la preparación de los reservistas y oficiales, y una adecuada distribución del tiempo y los recursos empleados. Con el buen sabor de estas experiencias arrancó en el 2009 la segunda etapa de la Operación Caguairán, la que continúa también de forma exitosa. Pero lo cierto es que esta es una concepción que, como afirmó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, llegó para quedarse. GRANMA
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