Eficiencia más que leyendas Acuicultura pinareña Ronald Suárez Rivas PINAR DEL RÍO.— Ya no se cuentan historias con la fuerza de antaño, ni se cree que fueran monstruos, aquellas enormes criaturas que según la tradición oral, surgían de la laguna de Santa María, despertando las más diversas leyendas, y atrayendo la curiosidad de importantes escritores como José Lezama Lima. Si existe alguna explicación para tales historias, Mario Enrique Robaina, habitante de la zona, estima que debe ser por--que ciertamente, bajo las aguas de Santa María ha habido peces muy grandes, pero nada más.
"Mi abuelo relataba que una vez capturó un manjuarí que parecía un cocodrilo. Y yo mismo he visto pescar aquí sábalos que han medido alrededor de tres metros", dice. Sin embargo, el mayor valor de la laguna, hoy no está en su aporte al folclore de Vueltabajo, sino en las perspectivas que empieza a alcanzar aquí la acuicultura. Más allá de la leyenda De 27 toneladas de pescado que llegaron a obtenerse de ma--nera intensiva en el 2008, la producción ha crecido a 103 toneladas este año, y se espera que sobrepase las 155 para el 2015, gracias a un proyecto de desarrollo local que ha permitido, entre otras acciones, mejorar los sistemas de bombeo para ase-gurar el llenado de los distintos acuatorios. Roberto Díaz, jefe de la granja integral Santa María, explica que también se han recuperado los medios destinados a la roturación del suelo de los estanques y su fertilización, para favorecer la obtención de alimentos vivos para los peces, y se han colocado más de 200 metros cuadrados de techo sobre las piscinas donde se concentran las larvas, con el propósito de regular la sombra. "Por otra parte, hemos emprendido acciones de capacitación a los trabajadores, y buscado alternativas para apoyar la ali-mentación, como el aprovechamiento de los desechos de pescado en nuestras industrias y en las lozas sanitarias", ilustra el directivo. Ello ha hecho posible en el 2013, reducir notablemente el factor de conversión. "O sea, que para obtener una tonelada de pescado solo hubo que invertir 1,2 de pienso, cuando las normas establecen 1,8", precisa Roberto. Cuesta arriba Con más de 35 toneladas por encima de las alcanzadas el año pasado, Santa María figura entre las unidades que han contribuido a que la acuicultura pinareña lograra volver a cumplir, después de mucho tiempo, los planes de producción intensiva (en estanques y con suplemento alimenticio). Jorge Triana, director de la Empresa Pesquera de Pinar del Río, considera que el aporte de este método de cría ha sido de-ci-sivo para que la provincia pudiera superar de forma general las 1600 toneladas, una cifra que no se alcanzaba desde el 2009 y que habla de un repunte de la actividad. Aunque lejos de la demanda, tales niveles de captura han permitido incrementar las ofertas a la población de croquetas, picadillo, masa condimentada y filetes de tenca y de claria. "En todos los municipios existen pescaderías especializadas para su comercialización", dice. Además, se tributa una parte de la producción al mercado en divisa, en busca de evitar importaciones. De un lado, una mayor estabilidad en los suministros de pienso y un mejor aseguramiento de las artes de pesca, y del otro, la capacitación del personal, a fin de perfeccionar la atención a las diferentes especies, han sido determinantes para romper la inercia de los últimos años. "Esta es una actividad muy técnica, de ahí la importancia de la preparación de los hombres, para que se haga un manejo adecuado en cada una de las etapas de cultivo. Ello implica, por ejemplo, en el caso de la claria, separar los peces grandes de los pequeños en el tiempo establecido, para evitar que se depreden", explica Triana. No obstante, reconoce que todavía quedan muchas reservas. "Hoy, el nivel de alevines de que disponemos, nos obliga a concentrar la siembra en los territorios más próximos a la industria. De modo que hay municipios como Sandino, a cuyas presas y micropresas no se ha podido llegar". Precisamente, hacia la explotación de esos acuatorios que no se usan —mediante la rehabilitación de las instalaciones de alevinaje y una mayor efectividad en los niveles de supervivencia—, apunta la estrategia de desarrollo que en la actualidad se maneja, en aras de acortar las distancias entre los volúmenes de captura y la demanda, y que sitios como Santa María, más allá de las leyendas de monstruos que surgen de sus aguas, sobresalgan sobre todo, por sus resultados en materia de producción. GRANMA
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