Gabriel Molina
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) se alió con dos de los diez más peligrosos criminales para asesinar a Fidel Castro en 1960. Esta espantosa noticia ha sido publicada en un documento oficial del Senado de Estados Unidos, pero solo con la desclasificación de textos secretos en los últimos años ha sido posible alcanzar a comprender aquella aberrante realidad. El informe del entonces Fiscal General de los Estados Unidos, Robert Kennedy, citaba por sus nombres a Sam Giancana y Santos Trafficante, quienes fueron invitados a participar en la operación de la CIA aprobada por el entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, y el director de la Agencia, Allen Dulles. La información se confirmó gracias a un informe del Comité Especial presidido por el senador Frank Church, que expresa textualmente "en agosto de 1960 la CIA dio pasos para enrolar miembros del bajo mundo criminal en contacto con el sindicato del juego para que ayudasen a asesinar a Castro". (1) Richard Bissell, subdirector de la CIA a cargo de Planes muy ligado a Allen Dulles, citó en la estival mañana del 18 de agosto de 1960 al coronel Sheffield Edwards, director de la Oficina de Seguridad de la Agencia, la encargada de manejarlo todo y de que nada se filtre y le dijo que tenía instrucciones expresas de Dulles de acabar con Fidel Castro. La decisión había sido aprobada por el presidente Eisenhower, tras una reunión en la Casa Blanca con Dulles y el propio Bissell. El informe del Comité dirigido por el senador demócrata Frank Church, afirma que varios hombres de la agencia estaban en contacto con la Cosa Nostra. Robert Maheu, un agente para asuntos escabrosos, fue incorporado y se le pidió por los altos ejecutivos de la CIA que encontrase a John Roselli a fin de "determinar si participaría en un plan para deshacerse de Castro". (2) Los asignados a la tarea debían hallar a alguien que pudiese realizarla en Cuba y que no apareciera envuelta la Agencia, por lo que se instruyó que fuese realizada por alguien de fuera. Por sus contactos en Cuba, el coronel Edwards propuso el uso de la Cosa Nostra. Los detalles esenciales de la alianza CIA-Cosa Nostra están contenidos desde 1975 en el informe del Comité Especial del Senado. La primera asociación entre el gobierno de Estados Unidos y la mafia ítaloamericana fue con Lucky Luciano, jefe de la Comisión que dirige a las distintas borgatas o familias de pandilleros en todo el país, quien cumplía una sanción de 30 a 50 años de reclusión desde el 18 de junio de 1936, en la prisión de alta seguridad de Dannemora. Meyer Lansky, el astuto judío, amigo de Luciano y de hecho su consigliere, negoció con el comandante Charles R. Haffenden, oficial superior en la Oficina de Inteligencia del Tercer Distrito Naval, una alianza para utilizar a los mafiosos en labores de contraespionaje en los muelles de Nueva York, objetivo de los agentes nazis; y de inteligencia para el desembarco y ocupación de Sicilia por las tropas de Estados Unidos. De ese modo Luciano salió de prisión, deportado a Italia, y todos los asociados salieron ganando. El Plan Militar Especial para la Guerra Psicológica en Sicilia llegó a manos del general George Marshall, máximo responsable de la Junta de Jefes del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, y con su recomendación fue aprobado "el 15 de abril de 1943 en Washington. Se envió a Argel, donde lo recibió Eisenhower, el general al mando en el teatro de operaciones de África del Norte. El mensaje estaba muy claro: los Aliados iban a utilizar a la mafia en la conquista de Sicilia. La Junta de Jefes del Estado Mayor Conjunto recomendó que el plan fuese aprobado y enviado a Argel al general Dwight D. Eisenhower" (3). Por ese estrecho vínculo fue que en cuestión de horas ya Maheu tenía una cita concertada con Roselli, en el restaurante Brown Derby, de Beverly Hills, donde estaba establecido el gangster, uno de los más importantes jefes mafiosos de California y de Las Vegas, con amplias relaciones entre artistas como Frank Sinatra, Debbie Reynolds y Dean Martin. Maheu voló hacia California en septiembre de 1960 y allí se reunió con Roselli el día 14 en el Brown Derby, quien se mostró receptivo cuando Maheu le comunicó que altos funcionarios del gobierno estaban interesados en liquidar a Fidel Castro, que podría apoyarse en cubanos enemigos de él y ofreció 150 000 dólares por el contrato. Roselli se dio cuenta de que, más que esa suma, la relación le serviría para eludir la amenaza de deportación que pendía sobre su cabeza. En La Habana, ese mismo 14 de septiembre se informaba que Fidel Castro, primer ministro del Gobierno Revolucionario, presidiría la delegación cubana a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, por lo que Maheu y Roselli se trasladaron a Nueva York para contactar a un alto oficial de la CIA, en el Hotel Plaza. Roselli propuso allí, y fue aceptado, incorporar en la conspiración a su amigo Sam Giancana, sucesor de Al Capone, por su probado talento organizativo para este tipo de operaciones, y a Santos Trafficante, con abundantes intereses en Cuba expropiados por la Revolución, y por sus grandes relaciones con la Isla para establecer los contactos necesarios. Por tanto, viajaron a Miami para encontrarlos. Giancana asintió, aunque descartó la posibilidad de realizar un atentado al estilo mafioso. Nadie podría ser reclutado para realizarlo, teniendo tan poquísimas probabilidades para escapar con vida. Dijo que el único modo de obtener éxito y proteger la vida sería utilizar un veneno poderoso para depositarlo en alguna bebida de Fidel Castro. Sam "Momo" Giancana heredó en Chicago el imperio de Al Capone y lo mantuvo de 1957 a 1966. La prensa lo describía como un hombre bajito y calvo que adoraba los trajes de seda, los autos convertibles llamativos y las mujeres más llamativas aún. Incluso eran llamativas sus asociaciones, como la que tuvo con Frank Sinatra. O con la cantante Phyllis McGuire, del trío las McGuire Sisters, que vino a ser la causante de la primera filtración de los planes de asesinato, cuando Giancana consiguió que la CIA pusiera micrófonos en la habitación de la cantante para determinar si ella le era infiel. Los micrófonos fueron descubiertos por el FBI y el hecho estuvo a punto de convertirse en un escándalo, solo detenido por la cobertura que le dio la Agencia. El modo en que se relacionó con Phyllis McGuire, era muy de Giancana. Lo retrataba. Ella "perdía en una mesa de juego en Las Vegas más de 100 000 dólares. Momo la distrajo con su charla para que no siguiera perdiendo. Fue a ver al manager del casino, el famoso Moe Dalitz, y le dijo que él se hacía cargo de la deuda, que sencillamente se la comiera". (4) Santos Trafficante era compañero de muchos años de Giancana. Estaban juntos en 1957, cuando la reunión de alto nivel mafioso de los Appalachian fue descubierta por la policía. También estaba ligado a los capos Carlo Marcello, Joseph Bonnano, Meyer Lansky y Lucky Luciano. El joven Trafficante comenzó regenteando el casino del cabaret habanero Sans Souci. En unión de Lansky realizó otras inversiones en los casinos de los nuevos hoteles Habana Riviera y Capri, por lo que se rodeó de gangsters cubanos. Prestar servicio a su gobierno, siempre le produciría dividendos positivos. El inspector jefe de la policía neoyorkina, Michael J. Murphy, frustró el primer intento de esa CIA Nostra. Murphy tuvo a cargo la seguridad de Fidel en la ciudad ,en ocasión de la Asamblea General de la ONU, y Murphy supo por un oficial de la CIA que se pretendía usar a un miembro de la mafia local, Walter Martino, para colocar una carga explosiva cerca de la tribuna en el Parque Central de Nueva York, donde Fidel hablaría. El jefe policial se enteró por un oficial de la CIA en el Hotel Waldorf Astoria, donde tenían su cuartel general los operativos policiales neoyorquinos encargados de la seguridad de los jefes de Estado que asistían al cónclave, y detuvo a Martino e hizo fracasar el plan. El hermano de Walter, John Martino, uno de los miembros de la mafia ítaloamericana en el hotel Nacional de la Habana, había sido detenido el 5 de octubre de 1959 cuando trataba de sacar en el ferry una maleta cargada de dólares de la Mafia. Después se fugó y fue reclutado por Sam Giancana para organizar el atentado al Comandante en Jefe, que encargó a su hermano Walter. (1) Church Report. Alleged Assasinations Plots Involving Foreign Leaders. (2) Ibid. (3) Tim Newark. Los Aliados de la Mafia. Alianza Editorial. Madrid, 2007. (4) William Brashner. The Don Ballantine Books. New York, 1978. (5) Fabián Escalante. Acción Ejecutiva. Objetivo Fidel Castro. Ocean Press Melbourne, 2006. GRANMA
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