Jorge Gómez Barata En 237 años los Estados Unidos han sido gobernados por 44 presidentes; cuatro de ellos fueron asesinados: Abraham Lincoln (1865), James Garfield (1881), William McKinley (1901) y John F Kennedy (1963). Entre el magnicidio de Lincoln y el de Garfield transcurrieron solo 16 años, y entre aquel y William McKinley 20. El tercero y Kennedy estuvieron separados por 62 años, el mayor período en la historia norteamericana con veda presidencial. Ojalá América haya crecido y cerrado para siempre un capítulo de barbarie que a veces la desmiente y otra la ratifica. MAGNICIDIOS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO Hasta hoy el magnicidio de mayores consecuencias para la humanidad fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Austria en 1914, y que precipitó la Primera Guerra Mundial, la cual involucró a 32 estados y ocasionó la muerte de 50 millones. Según History Channel, el segundo es ocupado por el asesinato de John F Kennedy ocurrido en Dallas el 22 de noviembre de 1963. El tercero tuvo lugar también en Estados Unidos, menos de cinco años después, cuando el 13 de abril de 1968 fue ultimado Martin Luther King. Dos meses más tarde en Los Ángeles, California, el 5 de junio del propio año fue abatido Robert Kennedy. El 28 de febrero de 1968 el mundo fue impactado por la noticia de que mientras paseaba con su esposa por una calle de Estocolmo (sin escolta) fue baleado Olof Palme, Primer Ministro de Suecia. El italiano Aldo Moro y el español Carrero Blanco añadieron sus nombres a la larga lista de gobernantes europeos asesinados. Otros magnicidios conciernen al Tercer Mundo siendo el más relevante el del líder indio Mahatma Gandhi el 30 de enero de 1948, mientras dos involucran a mujeres: Indira Gandhi muerta el 31 de octubre de 1984, y Benazir Bhutto, ex primera ministra de Pakistán, el 27 de diciembre de 2007. Dos hombres, opuestos en la política y que, criticas aparte, avanzaron sustantivos esfuerzos de paz, fueron el líder egipcio Anwar al Sadat y el primer ministro de Israel Isaac Rabin. El primero fue baleado en El Cairo en 1981 y el segundo el 4 de noviembre de 1995. Sadat junto con Arafat y Rabin forman la insólita lista de premios Nóbel de la Paz asesinados. El más atroz de los crímenes cometidos contra un gobernante latinoamericano ocurrió Chile en 1973, cuando como parte del golpe de Estado Militar más brutal y cruento en la región se inmoló Salvador Allende. En diferentes momentos de su historia América Latina fue conmovida por los magnicidios de, entre otros líderes: Eloy Alfaro, (1912) Francisco Madero (1913), Pancho Villa (1923), Farabundo Martí (1932) Augusto César Sandino (1934) Jorge Eliecer Gaitán (1948), Che Guevara (1967) y Maurice Bishop (1983) África aportó a decenas de figuras, entre ellas Patricio Lumumba y Amílcar Cabral, mientras Palestina entregó el primer estadista asesinado en el siglo XXI: Yaser Arafat, envenenado en 2004. El de Kennedy fue el primer asesinato político que pudo ser visto en tiempo real por televisión y, más allá de las pasiones políticas que inevitablemente rodean a los gobernantes norteamericanos, por implicar a una figura que encarnó las esperanzas de un país y de una época, se ha convertido en el acontecimiento no religioso más divulgado en toda la historia. El carisma, glamur y sobre todo la juventud, hicieron de su martirologio una pérdida que la humanidad lamenta. Ojalá jamás haya que volver a recordar hechos semejantes. Allá nos vemos. cubaperiodistas.cu
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