Madeleine Sautié Rodríguez
Con el libro Juan Pedro Carbó Serviá, un combatiente legendario, presentado en la sede de la UNEAC, Julio A. García Oliveras rindió homenaje a su compañero de luchas en la gesta heroica de los años cincuenta. La biografía, aunque destaca las proezas de este ejemplar combatiente revolucionario, que en más de una ocasión acudió temerariamente a insertarse en la ejecución de los más arriesgados hechos que terminarían por derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, permite también ver —aun cuando el autor insiste en que el texto no recoge toda la naturaleza de su temperamento— rasgos notables del carácter del héroe, como su entrañable amor por la familia y su afición a las bromas, lo cual le valió, a la par de su inteligencia, burlar en varias situaciones a los agentes de la policía. Con cinco capítulos que parten del ingreso del joven en la Universidad de La Habana, escenario que lo emparentó rápidamente al Directorio Revolucionario —del cual fue miembro destacadísimo— y su principal líder José Antonio Echeverría, el recuento ofrece vehementes testimonios de la vida habanera de esta etapa revolucionaria al detenerse en sucesos trascendentales como el entierro simbólico de la Constitución, pisoteada por el tirano Batista, y la manifestación que se produjo en el estadio del Cerro (hoy Latinoamericano) con el objetivo de convocar al pueblo para el acto por el 27 de noviembre, protagonizados, entre otros, por Juan Pedro. El último capítulo acertadamente titulado Morir por la patria contempla su participación en el ataque al Palacio Presidencial, al que logra sobrevivir, para entregar después su vida a la causa redentora junto a Fructuoso Rodríguez, José Machado y Joe Westbrook, debido a la cobarde delación que los convertiría en los mártires de Humboldt 7. El texto se completa con una iconografía en la que más de una veintena de imágenes lo ofrecen de cara a varios enfrentamientos y manifestaciones estudiantiles o herido a causa de diferentes combates. Comprometido con Fidel y la Revolución y entusiasmado por la supuesta cercanía de la batalla final, Juan Pedro pasa de la clandestinidad a la leyenda, eternizado ahora en esta nueva entrega de su autor, el también combatiente García Oliveras, quien para hacerlo quiso la vida que lo sobreviviera: "Yo debería volver también aquella tarde, pero ellos escaparon hacia la historia sin esperarme. Han transcurrido ya más de 50 años y yo quedé condenado a vivir y a recordarlos." GRANMA
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April 2016
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