Durante el proceso de lucha estudiantil por la Reforma Universitaria, Mella comenzó a despuntar como dirigente revolucionario. Raquel Marrero Yanes
"Me retiro de la Universidad satisfecho de haber servido en todos los instantes a mis ideales y de no haber claudicado (...). Tengo la firme convicción de hacer más en los años que me restan de vida, por mi país y por la humanidad, que lo hecho en la Universidad, y lo que han hecho hasta hoy mis jueces". Así escribió Julio Antonio Mella (1903-1929) a la dirección de la Universidad de La Habana, el 5 de octubre de 1925, al ser expulsado de ese centro docente. Mella había tomado la noticia con orgullo. Opinaba que la medida era una venganza por todas sus acciones de rebeldía, por lo que no esperaba justicia de una institución cuya conducta valoraba como altamente inmoral. El escrito sarcástico anunciaba un nuevo giro en la vida del joven estudiante. Era la renuncia definitiva a una vida burguesa, y el reconocimiento público, por su parte, de que quería dedicarse, a partir de entonces, a la justicia y el bien de Cuba, sin importar el precio que tuviera que pagar por ello. ¿PRETEXTO? Durante el proceso de lucha estudiantil por la Reforma Universitaria, Mella comenzó a despuntar como dirigente revolucionario. En el otoño de 1925, el movimiento estudiantil había amainado desde hacía tiempo, y la mayoría de los estudiantes cesaban en su resistencia contra la dirección de la Universidad. La ocasión para el ataque contra Mella la obtuvieron de un incidente personal, y de menor importancia comparado con sus acciones revolucionarias en el ámbito del recinto universitario. Se utilizó una excusa baladí para expulsarlo de la Universidad. Mella se mezcló en una discusión entre su esposa Olivia Zaldívar y el profesor de Derecho Rodolfo Méndez Peñate, quien la había suspendido en su asignatura con toda intención. La acusación contra el líder estudiantil fue de "injurias graves a una autoridad universitaria", pretexto para que, el 25 de septiembre de 1925, la dirección de la casa de altos estudios decretara su separación temporal por un año. Con la expulsión de Julio Antonio Mella de la Universidad de La Habana, se pretendió aislarlo de la rebeldía popular, de su papel en la formación de la conciencia nacional antiimperialista. Sin embargo, su acción y pensamiento revolucionario trascendió esos límites para alcanzar dimensiones continentales en América Latina. GRANMA
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