Octubre de 1962: la mayor crisis de la era nuclear (X) RUBÉN G. JIMÉNEZ GÓMEZ (*) El 2 de septiembre de 1962 tres senadores estadounidenses hicieron declaraciones agresivas contra Cuba: George Smathers instó a que un contingente militar patrocinado por Estados Unidos e integrado por países del Hemisferio Occidental invadiera la Isla; Strom Thurmond apoyó la idea de una invasión y declaró que mientras más se esperara para expulsar al comunismo de Cuba, más difícil se haría la tarea; Kenneth Keating exigió de nuevo el envío de una misión de la OEA a Cuba para investigar las versiones sobre el montaje de bases de proyectiles soviéticos allí, pero no explicó cómo poner en práctica esa propuesta. Mientras tanto, en la URSS partía hacia el puerto de Sebastopol el primer convoy ferroviario que trasladaba los medios de la base técnica coheteril que abastecía al regimiento que ya se encontraba navegando hacia Cuba.
El día 3 fue publicado un comunicado al terminar las negociaciones entre la delegación integrada por Ernesto Che Guevara y Emilio Aragonés y el Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Nikita Jruschov. El comunicado incluía las medidas de ayuda a Cuba por la URSS, las que abarcaban los aspectos técnico, agrícola, hidráulico, siderúrgico y militar. En lo militar el Gobierno soviético señalaba haber llegado a acuerdos sobre la solicitud cubana de asistencia en armamentos y especialistas militares para el adiestramiento del personal militar cubano. En esta fecha Cuba fue excluida ilegalmente de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), con las abstenciones de México y Brasil en la votación. Esta fue una violación de las bases jurídicas de la ALALC, cuyo artículo 58 especificaba que la misma quedaba abierta "a la adhesión de los demás estados latinoamericanos" y no tenía prevista la separación de alguno de sus integrantes. El 4 de septiembre el Fiscal General, Robert Kennedy, se encontró con el Embajador soviético, Anatoli Dobrinin, y le expresó la preocupación del Presidente por el equipamiento militar soviético que estaba llegando a Cuba. Dobrinin le transmitió un mensaje de Jruschov de que no se emplazarían armamentos tierra-tierra en Cuba. Robert Kennedy comunicó lo dicho por el Embajador a Dean Rusk y a Robert McNamara, y sugirió que se hiciera una declaración de que Estados Unidos no toleraría la introducción de armamentos ofensivos en Cuba. Este mismo día el presidente Kennedy publicó una declaración de que un vuelo de reconocimiento había detectado emplazamientos de cohetes antiaéreos y un aumento sustancial del personal militar soviético en Cuba, planteaba preocupación por el reforzamiento del poderío militar del régimen de Castro, el que incluía gran cantidad de equipos electrónicos, lanchas con cohetes contra barcos y unos 3 500 militares soviéticos actualmente en Cuba para instalar los equipos y enseñar su uso. Manifestaba que no había pruebas de la existencia de fuerzas de combate organizadas en Cuba procedentes de otro país, de bases militares suministradas a Rusia, de la presencia de proyectiles tierra-tierra ni de otra capacidad ofensiva importante. Advertía que si la verdad fuese otra surgirían los más graves problemas, y expresaba que continuaba la política de Estados Unidos de no permitir al régimen de Castro exportar por la fuerza o con la amenaza de la fuerza sus propósitos agresivos, lo que se impediría por los medios necesarios. La referencia a la capacidad ofensiva en la declaración fue premeditada. En el seno del Gobierno norteamericano se discutió mucho el asunto de la calificación de las armas; en respuesta a la pregunta que se le hizo sobre la conducta a seguir si los soviéticos instalaban proyectiles estratégicos en Cuba, Norman Schlei, asistente del Fiscal General, opinó que no era posible hacer nada "si los cohetes eran de índole defensiva", por lo que se comenzó a hablar de cohetes "ofensivos". Sobre el engaño al presidente Kennedy, el Comandante Fidel Castro planteó posteriormente: "Jruschov le mandó a decir a Kennedy por distintas vías, le dio a entender, que no había armas estratégicas y que no había necesidad de armas estratégicas. Mi percepción es que Kennedy creyó los informes de Jruschov. A mi juicio este cometió un error grave de tipo político y de tipo ético, y creo que no puede haber política sin ética(...) Kennedy estaba en una posición muy difícil políticamente, puesto que creyó los mensajes de Jruschov, y recibía grandes presiones. Creo que al adversario no se le debe colocar en una situación de esa naturaleza y, realmente, Jruschov no tomó en cuenta que con esto colocaba a Kennedy en una situación inmanejable, en una situación muy difícil".(1) CRECE BRUSCAMENTE LA TENSIÓN ALREDEDOR DE CUBA El día 6 se informaba en un memorando de la CIA que se estaban construyendo en Cuba ocho emplazamientos para cohetes antiaéreos y se apreciaba que en la Isla se habían recibido ocho lanchas coheteras contra barcos como mínimo; se calculaba que la Fuerza Aérea cubana contaba con 60 cazas MIG, que una docena de ellos eran MIG-19, pero carecían de pruebas sobre la existencia de MIG-21 u otro tipo de avión. En realidad, la mayor parte de los MIG-21 ya estaba en Cuba y se ensamblaban y verificaban en tierra en el aeródromo de Santa Clara; todavía no se podían volar pues los tanques de combustible de los aviones estaban vacíos durante la transportación y habían surgido pequeñas cuarteaduras en los pliegues del tejido de goma de los mismos, por lo que presentaban salideros y fue necesario llevar tanques de combustible nuevos por avión desde la Unión Soviética. Este día Theodore Sorensen, Consejero Especial del presidente Kennedy, se encontró con el Embajador soviético, Dobrinin. Este reiteró que la asistencia militar a Cuba era estrictamente defensiva y no representaba amenaza alguna para la seguridad de los Estados Unidos; también entregó un mensaje de Jruschov en el que prometía que los soviéticos no emprenderían ninguna actividad que "pudiera complicar la situación internacional" antes de las elecciones congresionales norteamericanas de noviembre. En esta fecha, además, varios senadores propusieron la realización de un bloqueo militar contra el embarque de material bélico a Cuba. El 7 de septiembre los líderes del Congreso estadounidense solicitaron la adopción de una resolución que autorizara al presidente Kennedy a emplear las tropas si fuera necesario para enfrentarse a la amenaza del incremento militar comunista en Cuba. Además, Kennedy solicitó la aprobación del Congreso para, en caso necesario, llamar al servicio militar activo a 150 mil reservistas, por un plazo no mayor de doce meses, con el fin de facilitar respuestas rápidas y efectivas a los desafíos en cualquier parte del mundo libre; también el Comando Aéreo Táctico recibió la orden de formar un grupo de trabajo para elaborar un plan que coordinara un ataque aéreo a Cuba antes de lanzar un asalto anfibio. Mientras tanto, en la Unión Soviética el último convoy ferroviario de la base técnica coheteril destinada a la región central llegaba al puerto de Sebastopol y en el océano Atlántico continuaban navegando hacia Cuba los barcos mercantes con elementos de dos regimientos coheteriles. En Miami uno de los dirigentes de las organizaciones contrarrevolucionarias cubanas comunicaba en una conferencia de prensa que cualquier barco mercante de bandera comunista que fuera detectado en aguas territoriales cubanas, independientemente de su pertenencia nacional, sería considerado un objetivo militar y atacado sin previo aviso. ¡LLEGARON "LOS CABEZONES"! El 9 de septiembre de 1962 el barco mercante "Omsk" llegó al puerto de Casilda con los primeros elementos y 6 cohetes de combate R-12 del regimiento que se emplazaría en la región central de la Isla; a partir de ese día se inició la concentración de la división coheteril en Cuba, proceso que se prolongaría hasta el 22 de octubre. Comenzó a hablarse a partir de este momento de equipos desconocidos, tales como carro de empalme, torre automotor, juego de instrumentos de guiado, máquina de pruebas horizontales, graduador, erector (posicionador), equipos terrestres para la explotación de la ojiva y muchos otros. El mayor general Igor Statsenko, jefe de la división coheteril, indicó al jefe del regimiento un lugar no lejano del puerto en que se concentraría toda la técnica y se comenzó la descarga. Era necesario trabajar con rapidez, pues la capacidad del puerto de Casilda solo permitía recibir un navío de carga, por lo que a medida que se descargaban, los equipos eran llevados en pequeños grupos hacia el área de concentración, de modo que cuando terminara la descarga el puerto quedara libre para el siguiente transporte. De acuerdo con el plan de la división, los plazos para que los distintos regimientos estuvieran listos para el combate eran los siguientes: El regimiento de Sitiecito-Calabazar de Sagua (región central), equipado con cohetes R-12, para el 20.10.62. El regimiento de Candelaria-San Cristóbal (región occidental), equipado con cohetes R-12, para el 25.10.62. El regimiento de Santa Cruz de los Pinos-San Cristóbal (región occidental), equipado con cohetes R-12, para el 1.11.62. El primer grupo de combate del regimiento de Guanajay-Caimito (región occidental), equipado con cohetes R-14, para el 7.11.62; el segundo grupo de combate para el 1.12.62. El primer grupo de combate del regimiento de Remedios-Zulueta (región central), equipado con cohetes R-14, para el 1.12.62; y el segundo grupo de combate para el 1.1.63. En algún lugar de la Unión Soviética, donde se encontraba ubicado el objeto "S" No. 713, se había recibido días atrás la orden de enviar el primer convoy ferroviario con el personal, la técnica y los medios materiales para efectuar la recepción de la reserva de combate de municiones nucleares y colocarlas en el barco seleccionado. El puerto de embarque designado era el de Severomorsk, cercano a Murmansk. Allí, en el territorio de una unidad militar de la Flota del Norte, se había instalado el convoy de cabecera con los medios de aseguramiento necesarios y se comenzaban a recibir los convoyes que transportaban las municiones nucleares, los que llegarían sucesivamente con intervalos determinados. Un muelle en la bahía de Okolnaya fue asignado para efectuar la carga de las municiones en el barco. Por aquellos días la CIA presentaba un Estimado Especial de Inteligencia de la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos: "aunque los soviéticos obtendrían ventajas militares considerables emplazando cohetes de alcance medio e intermedio en Cuba, la política soviética no apoya el establecimiento de fuerzas nucleares en países extranjeros y estos se encuentran conscientes del gran riesgo de represalia por parte de Estados Unidos. Por lo que concluye que ese emplazamiento es improbable y la Unión Soviética no intenta convertir a Cuba en una base estratégica".(2) Mientras tanto, las grandes unidades y unidades de la Agrupación de Tropas Soviéticas en la Isla ocupaban los órdenes combativos, realizaban el acondicionamiento de las posiciones y se preparaban en general para rechazar al enemigo. El 10 de septiembre, al intervenir en el Tercer Congreso Nacional de los Consejos Municipales de Educación, el Comandante Fidel Castro expresó entre otras cosas: -Ante sus amenazas decimos: ¡Estamos dispuestos a morir junto a nuestro pueblo!... Pero lo que no sabemos es si el Gobierno de los Estados Unidos, los generales del Pentágono y los senadores que proclaman la guerra contra nuestra Patria están dispuestos a morir también. -¿Cómo pueden pretender que frente a una política continuada de agresiones y de hostilidad Cuba no tratara de defenderse? -Ellos hablan en nombre de su seguridad. ¡Ah! ¿Y la seguridad de nosotros acaso no cuenta? Ellos hablan de que somos un peligro para su seguridad, como si nosotros no tuviéramos derecho a decir que ellos son un peligro mayor para la nuestra. Ellos plantean su derecho a tomar todas las medidas que tiendan a su seguridad. ¿Y es que nosotros no tenemos ese mismo derecho? -Sin embargo, nosotros no podemos proclamar ningún derecho a invadir ese país porque constituya un peligro para nosotros, pero ellos exhortan a invadir a nuestro país en aras de la "seguridad" de los Estados Unidos, como la cosa más natural del mundo. -Nuestro país ha dado y dará cuantos pasos sean necesarios, dentro del derecho internacional y el uso de sus prerrogativas de nación soberana, para garantizar su seguridad frente a las amenazas de agresión imperialistas. Para eso no es necesaria la autorización ni instrucciones de Washington. (3) Esa noche frente a Cayo Francés, a 16 millas de Caibarién, una lancha pirata que huyó con rumbo norte atacó al barco cubano "San Pascual" y al de bandera inglesa "New Lane" . El primero recibió 18 impactos y el segundo 13. Al día siguiente una avioneta pirata atacó puntos situados en la costa norte, al este de la ciudad de La Habana. En esta fecha la Agencia TASS difundió una declaración del Gobierno soviético que reafirmaba sus intenciones de prestar la ayuda militar necesaria a Cuba en caso de agresión y enfatizaba que solo utilizaría las armas en defensa de la soberanía de Cuba contra sus agresores; además afirmaba que: "la Unión Soviética no necesita trasladar a ningún otro país, por ejemplo a Cuba, los medios de que dispone para rechazar la agresión, para asestar el contragolpe. Nuestros recursos nucleares son tan potentes por su fuerza explosiva y (...) dispone de cohetes tan potentes para el transporte de esas ojivas nucleares, que no tiene necesidad de buscar un lugar para emplazarlos en cualquier otro punto, fuera de los límites de la Unión Soviética".(4) Entre las reacciones de personalidades norteamericanas a esta declaración de TASS se pueden citar las siguientes: -Dean Rusk: Este país no está asustado por la advertencia de Jruschov contra un ataque a Cuba. Procederemos como lo entendamos necesario. -Senador Frank Lausche: La doctrina Monroe ha sido violada; apoyaré cualquier acción firme que el Presidente decida tomar en el caso de Cuba. -Senador Mansfield: Nosotros decidiremos cuál será nuestra política exterior. No necesitamos ni queremos consejos gratuitos de la Unión Soviética. -Senador Everett Dirksen: La advertencia soviética sobre Cuba es una amenaza desnuda que debe ser contestada en la misma forma. -Senador Capehart: Kennedy tiene derecho a desembarcar tropas, tomar posesión de La Habana y ocupar el país. -Senador Prescott Bush: el Congreso debe considerar que Estados Unidos tiene el derecho y la obligación de poner fin a la dominación comunista en Cuba, ya sea con la cooperación de otros países del Hemisferio o solos. El 12 de septiembre terminó la descarga del "Omsk" y comenzó la maniobra nocturna hacia la región de emplazamiento del regimiento, la que se encontraba a más de 200 kilómetros del puerto de Casilda; estaba en la zona de Sitiecito y Calabazar de Sagua. El itinerario a seguir no se correspondía en muchos lugares con las exigencias establecidas, pues en distintos puntos no se garantizaba el radio de giro de 25 metros que necesitaban los autotrenes con los cohetes; atravesaba diversas poblaciones, por lo que hubo que preparar desvíos sobre la marcha, además de acondicionar vados en corrientes de agua y reforzar un puente; fue necesario retirar obstáculos tales como árboles y postes del tendido eléctrico; también hubo que ampliar algunas curvas y mejorar varios tramos. Aquella noche comenzó a desplazarse por primera vez por tierra cubana una columna de vehículos inusuales que transportaban una carga inusual. En algunos lugares fue necesario desenganchar los remolques y hacerlos girar a mano, con la ayuda de los cabrestantes (winches) de los vehículos. Para prestar ayuda práctica durante la marcha fue designado un oficial cubano quien estaba investido de amplios poderes ante los gobiernos locales, con las organizaciones de construcción de caminos y con las unidades militares cubanas. Fue de gran ayuda. Los equipos solo se trasladaban de noche en pequeñas columnas; los militares y milicianos cubanos cubrían con anticipación las rutas por las que se desplazarían las columnas, simulaban maniobras de las unidades cubanas o cerraban la circulación alegando accidentes automovilísticos; alrededor de una hora antes de comenzar el traslado de una columna con cohetes se enviaban por rutas falsas otras columnas con remolques cubanos y vehículos grandes de carga. No obstante, lo cierto era que los emplazamientos de los cohetes de alcance medio jamás se hubieran podido esconder por mucho tiempo. El terreno y el paisaje no permitían que quedaran ocultos, y los autotrenes con cohetes de más de veinte metros de longitud eran sencillamente demasiado grandes para pasar inadvertidos en los caminos vecinales y carreteras de Cuba, aunque solamente se movieran de madrugada; se podían cubrir con lonas, pero era imposible achicarlos. Cuando había que derribar o trasladar de lugar el bohío de un campesino o la casa de un poblado, aunque se construyeran nuevos y mejores, para que uno de los grandes remolques pudiera doblar en algún lugar estrecho, era lógico que los vecinos hablaran del asunto y que esas conversaciones llegaran a oídos del enemigo. Visto ahora retrospectivamente, puede parecer un milagro que el secreto se mantuviera durante todo un mes después de la llegada de los cohetes a la Isla. El 13 de septiembre el presidente Kennedy hizo una declaración en la que amenazaba directamente a Cuba, planteando que si en algún momento el crecimiento del comunismo en la Isla ponía en peligro o interfería de algún modo a la seguridad estadounidense y de las naciones del Hemisferio, al convertirse en una base ofensiva de significación para la Unión Soviética, entonces haría todo para proteger esa seguridad; advirtiendo que si consideraba en algún momento emprender acciones militares contra el comunismo en Cuba, todo el armamento y los asesores militares suministrados por los comunistas no podrían cambiar las consecuencias. (5) El día 14 salió del puerto de Sebastopol el barco mercante "Metallurg Baikov" con la primera parte de las tropas y medios pertenecientes a la base técnica coheteril destinada al regimiento de la región central de Cuba. Este mismo día el mariscal Zajarov, jefe del Estado Mayor General, teniendo en cuenta la actitud agresiva de los medios aéreos y navales estadounidenses y de los contrarrevolucionarios cubanos, presentó a Jruschov la proposición de instalar en cada barco, para la autodefensa, dos cañones antiaéreos dobles de 23 mm con una reserva de 2 400 proyectiles para cada instalación; estos tenían un alcance de hasta 2 500 metros y perforaban un blindaje de 25 mm de espesor. La dotación de cada instalación era de tres hombres y habría que armar 34 barcos en total. Ese mismo día fue ratificada la proposición y los cañones se instalaron cuidadosamente enmascarados bajo cubiertas ligeras que se retiraban con facilidad, mas es necesario señalar que durante todo aquel periodo no se registró ningún ataque armado directo contra un barco soviético. Al día siguiente, día 15, las primeras pequeñas unidades del regimiento coheteril estratégico de la región central ocuparon la región de emplazamiento. El general Statsenko planteó la misión de terminar el equipamiento ingeniero de los emplazamientos y preparar la técnica y el personal para realizar la guardia combativa a partir del 22 de octubre. Simultáneamente, durante el mes de septiembre los norteamericanos ejecutaron en la región otro gran ejercicio militar denominado Júpiter Spring, el cual consistía en la realización de desembarcos aéreos con efectivos de tres divisiones del 18 Cuerpo Aerotransportado, principal unidad élite de los Estados Unidos para ese tipo de operaciones. Además, continuó el refuerzo del Comando del Atlántico, incluyendo el traslado de buques desde las Flotas del Mediterráneo y del Pacífico. (Continuará) (*) Teniente coronel (r) y fundador de las Tropas Coheteriles 1 Shriver, María: Misiles en el... Ob. Cit. 2 Blight, James G. y Welch, David A.: On the brink¼ Ob. Cit. 3 Periódico Revolución. La Habana, Cuba, 11 de septiembre de 1962. 4 Periódico Revolución. La Habana, Cuba, 12 de septiembre de 1962. 5 Periódico Revolución. La Habana, Cuba, 14 de septiembre de 1962. 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