Primera sangre derramada

Jesús Suárez Gayol, El Rubio en la guerrilla boliviana

RAQUEL MARRERO YANES
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El 10 de abril de 1967, el Che escribió en su diario: "Encontramos al Rubio ya agonizante; su garand estaba trabado y una granada, con la espoleta suelta, pero sin estallar, estaba a su lado".

Días después, durante un pequeño acto de recordación al caído, anotó que "la primera sangre derramada fue cubana...".

Con la muerte de Jesús Suárez Gayol, culminaba la ardua prueba iniciada en diciembre de 1966, cuando llegó a la casa-campamento de la finca que servía de base a la guerrilla, en las proximidades de Ñancahuazú, en Bolivia.

Había nacido en Manatí, Las Tunas, el 24 de mayo de 1936. Sus padres españoles lo enviaron a estudiar a Camagüey, destacándose por su oposición a la tiranía batistiana desde el mismo 10 de marzo de 1952. Organizó la Federación de Estudiantes Secundarios de esa ciudad y formó parte del Movimiento 26 de Julio.

Matriculó Arquitectura en la Universidad de La Habana y compartió riesgos y manifestaciones con jóvenes de su tiempo. Conoció las mazmorras de las estaciones policiacas, las torturas y golpizas.

Al ser liberado, por orden del Movimiento se trasladó a México para sumarse a una expedición que se preparaba allí. Desembarcó más tarde en Pinar del Río, donde cumplió misiones en la sierra y el llano.

En Las Villas se incorporó a la columna 8, comandada por el Che. Por sus méritos en combate, recibió los grados de capitán. Ya con la Revolución en el poder, se desempeñó en varias tareas. Era viceministro del Azúcar cuando recibió el llamado del Che para acompañarlo a la gesta de Bolivia. Así dejó de llamarse Jesús Suárez Gayol, el Capitán, para convertirse en El Rubio.

A su hermosa hoja de servicios a la Revolución, sumó su disciplina y valiente actitud ante peligros y privaciones.

Para muchos resultó ejemplo por su espíritu de lucha y sacrificio, en su corta pero intensa vida.

GRANMA