Expresó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 20 de septiembre de 1961 Roberto Hernández Suárez * En mayo de 1961, cuando aún no se habían apagado los ecos de la Batalla de Girón, el Comandante en Jefe Fidel Castro dejó inaugurada la Escuela de Instructores Revolucionarios Osvaldo Sánchez Cabrera y el primer curso de esta, integrado fundamentalmente por combatientes de aquella gesta, del Ejército Rebelde y de la Limpia del Escambray. Meses más tarde, el 20 de septiembre de ese propio año, el líder de la Revolución efectuó la clausura del mencionado primer curso. Los discursos pronunciados en ambas ocasiones por el jefe de la Revolución, constituyen, en su conjunto, una exposición clara y precisa de sus ideas estratégicas respecto a la defensa de la Patria y a la importancia de elevar de manera sistemática y constante, la conciencia revolucionaria de los combatientes, desarrollando en ellos los valores éticos, morales y políticos en correspondencia con su pertenencia a unas fuerzas armadas de carácter popular.
Dando una prueba más de su extraordinaria capacidad para prever los acontecimientos, el Comandante en Jefe alertó sobre la necesidad de prepararse para repeler una agresión directa de los "propios soldados de los Estados Unidos, sus barcos de guerra y sus aviones" y argumentaba que ese era el "único enemigo posible puesto que ya los mercenarios están fuera de combate" y que debíamos prepararnos "para luchar contra esos soldados, luchar contra esos aviones, contra sus barcos, contra esos ejércitos". En consecuencia con esas ideas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias se preparaban para dar un salto cualitativo en su desarrollo, con nuevos y modernos armamentos y técnica de combate, con la preparación de sus cuadros de mandos y técnicos. Como parte de ese perfeccionamiento y en correspondencia con el carácter de las FAR, "ejército de los humildes de la patria, (... ) el ejército de los explotados de ayer (... ) el ejército de los obreros y campesinos, el ejército de los que trabajan (... )" se creó en ellas el cargo de instructor revolucionario que el Comandante en Jefe definió como "el ejemplo de la tropa (... ) maestro de la tropa, amigo de la tropa (... ) educador (... ) predicador, podrá ser la luz de la tropa". Tiene además la responsabilidad junto al jefe, de "ayudar a comprender el carácter de la Revolución, los ideales de la Revolución, la justicia de la Revolución; el carácter de la lucha de clases (... )". Las tareas del instructor revolucionario no chocan con las funciones que le corresponde al jefe militar, este atiende las funciones que les están dadas para el mando en tiempo de paz y en tiempo de guerra con el fin de mantener una elevada disposición y preparación combativas de las tropas, la preparación y el acondicionamiento ingeniero del teatro de operaciones, así como un elevado estado político moral y disciplinario en todas las categorías de personal. El instructor revolucionario debe ser amigo y compañero del jefe militar y su principal colaborador en la consecución de esos objetivos. Para la época en que se clausuró el curso, aún no se había comenzado la construcción del partido en las FAR y el Comandante en Jefe concluyó expresando la idea de que los instructores revolucionarios estaban "llamados a ser los representantes, el alma de ese partido, en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias" para que se marchara parejo "con la gran organización que une a todos los revolucionarios, lo que será el gran Partido Unido de la Revolución Socialista". No obstante el tiempo transcurrido y los profundos cambios que se han producido en el seno de la sociedad cubana y en el mundo, las ideas expuestas por Fidel en ambos discursos y que hemos tratado de sintetizar mantienen plena vigencia, desde el punto de vista político, militar, ético y moral. La Revolución está consolidada y las ideas revolucionarias y patrióticas han ganado a las grandes masas. Los obreros, los campesinos, los intelectuales y los estudiantes, al igual que los que les precedieron, tienen conciencia de que el enemigo sigue siendo el mismo y es aún más agresivo, que la contrarrevolución interna al igual que hace 50 años, continúa siendo un apéndice del gobierno yanki y que solo con la unidad monolítica de nuestro pueblo, bajo la orientación y línea política trazada por el Sexto Congreso del Partido, nos hará invencibles.1 1 Discursos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en mayo de 1961, en la inauguración del primer curso de la Escuela de Instructores Revolucionarios "Osvaldo Sánchez Cabrera" y en la clausura el 20 de septiembre del propio año, Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2006. *Roberto Hernández Suárez, coronel (r). Instructor Revolucionario del 2º curso de la Escuela Osvaldo Sánchez Cabrera. GRANMA
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